“He venido tres veces al estadio del Inter de Milán y siempre pasan cosas ajenas que no nos salen de cara. Todos sabemos qué pasó con este árbitro cuando vinimos aquí la última vez. No es excusa porque hemos encajado siete goles pero…”. Eric Garcia expresó en voz alta el profundo malestar del vestuario barcelonista con el arbitraje del polaco Szymon Marciniak, ya con una mochila ligada favorablemente al Madrid, y sus colaboradores desde el VAR. Llovía sobre mojado tras el Inter-Barça de 2022 (1-0) con aquella mano de Denzel Dumfries tras el remate de Ansu Fati en que Pol van Boekel como máximo responsable del videoarbitraje y el también neerlandés Dennis Higler de asistente. Ayer también intervinieron, y de qué manera, ante un montón de cámaras con los roles cambiados.
Porque Marciniak, el que pitó el año pasado antes de que De Ligt marcara en el Bernabéu sin dejar jugar como todos los fueras de juego, avisó en el minuto 1. Y lo sufrió Ferran Torres en primera persona cuando no le dejaron acabar la jugada sin que la realización televisiva repitiera la acción incluso para saber si había ‘offside’. Sí, en cambio, dejó acabar a Marcus Thuram en un fuera de juego clarísimo. Ya con 1-0 en el luminoso de San Siro, en la misma área de lo de Dumfries y Ansu, Acerbi la tocó con el bíceps tras un control de Dani Olmo. Desvió la bola en dirección a puerta pero Marciniak y la pareja ‘tulipán’ del VAR se inhibieron. En cambio, Higler sí avisó al polaco de la pena máxima que inicialmente no pitó por una falta de Cubarsí a Lautaro, a quien el catalán sí tocó el pie derecho antes de sacar la bola. Eso sí, según los cánones de la normativa, no era jugada de VAR al ser interpretativa y no muy clara.
Mano de Acerbi con 1-0 en el Inter-Barça

Falta de Dumfries a Gerard Martín antes del 3-3
Flick se las tuvo con Marciniak en el descanso por su disparidad de criterio y permisividad con Lamine. Porque Federico Dimarco le dio al chaval hasta en el carnet de identidad sin sacarle ni una tarjeta. Había más, porque cuando Marciniak pitó penal de Mkhitaryan a Lamine con 2-2, el VAR le llamó para que la sacara fuera al entender que el primer contacto fue fuera aunque acabó golpeándole también dentro al intentar seguir el crack culé. Hizo caso el polaco sin ir al monitor como el día de la tanda de penaltis de Julián Álvarez en el Atlético-Madrid.
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Y en la jugada del 3-3, apenas repetida por la TV, hubo una clara falta previa de Dumfries a Gerard Martín. Ante la duda, Marciniak dejó seguir y el VAR se abstuvo de todo. No fue como lo de Benquerença en 2010 pero desquició mucho al Barça. Ya lo resumió Flick: “Cada decisión de 50-50, era para ellos». En idénticos términos se expresó Pedri e Iñigo Martínez abundó en el asunto: «Las decisiones iban para el mismo lado». Ya no había marcha atrás. El Inter jugará la final de Múnich el 31 de mayo.