Simpático y extrovertido, Jorge Morales sabe que ha alcanzado el éxito, porque hace lo que siempre ha querido: es conductor de camiones y tiene su propio show en el que habla en tono de comedia, como no podía ser de otra forma, sobre su pérdida de audición. “Para mí ser monologuista es hacer algo que siempre me ha gustado”, cuenta.
Y en 2010 se sube a un escenario a pesar de tener pérdida auditiva progresiva, con una pérdida del 57% en el oído izquierdo, algo a lo que también ha contribuido su trabajo como conductor de camiones en el aeropuerto, y un 49% en el derecho. “Y cuando te empiezas a quedar sordo, te das cuenta de que tus oídos van por libre”, dice Jorge.
Comenzó imitando a Eugenio y a Gila, y con el tiempo fue a una escuela de comedia para hacer sus propios textos, lo que además le ha permitido hablar de su afección, pero siempre en tono de humor. “Cuando me dicen que tengo pérdida auditiva, pensé, no puede ser, soy joven”, pero recuerda que ya con 15 años, su abuela le decía que se estaba “quedando sordo”. Con el tiempo, su mujer se quejaba de tener que “repetir las cosas 40 veces” por lo mismo se estaba quedando sordo.
“Para un monologuista la risa es el mayor premio que puede haber. Y no tener ese feedback…” Así recuerda Jorge esa etapa en la que se subía a un escenario, pero no conseguía conectar con la gente porque no llevaba los audífonos: “¿Habré gustado?”.

Una afección silenciosa e infravalorada
La pérdida auditiva es una afección infravalorada, porque no es muy visible. Su pérdida auditiva progresiva se debe a que tiene los nervios auditivos atrofiados. Algo que no tiene operación, pero sí tiene solución: el uso de audífonos.
Durante los años en los que todavía no llevaba los audífonos, Morales recuerda además cómo “cuando dices tres veces ‘¿qué?’ a una persona que te está hablando, es como que molestas, como que la gente pierde la paciencia. Siempre he dicho que esta discapacidad está muy infravalorada, no te la tienen muy en cuenta”.
Esta situación. Trasladada a sus actuaciones, le llevaba a perder parte de la frescura que da la relación directa con el público, por su capacidad de improvisar. Por eso recuerda el momento clave cuando, animado por su mujer, decide ponerse audífonos.

El momento clave: la magia de oír
Hasta que Jorge decide ponerse los audífonos pasan cerca de 33 años, un momento que supuso un antes y un después para él, y fue de la manera más casual. Acompañó a su suegro a su revisión anual en una Clínica de Audika. “Ese día cambió mi vida totalmente”. Los primeros días, cuenta, las sensaciones eran asombrosas, “había olvidado los sonidos, escuchaba pájaros por todos lados”.
“Había olvidado los sonidos, escuchaba pájaros por todos lados”
Jorge Morales
Y ahora, lo tiene claro: “A la gente que está en esta misma situación y que no se los quiere poner por prejuicios, lo entiendo perfectamente porque yo he pasado por ahí”. Precisamente él sabe el significado que tiene volver a escuchar, y lo importante que es también ponerte en manos de un especialista, que rápidamente sepa qué te pasa y reconozca las causas de tu pérdida auditiva.

Porque recuperar la magia de volver a sentir el sonido del viento, del gentío, incluso del claxon de un coche, volver a oír es volver a conectarte con el mundo que te rodea.
Y como dice una letra de Héroes del Silencio, el paraíso es escuchar.
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