La afición del Levante, a pesar del doloroso y frustrante tropiezo contra el Tenerife, colapsó la web del club desde primera hora del lunes para conseguir una de las 626 entradas que el Elche dio para presenciar el duelo del sábado desde la grada visitante del Martínez Valero. Ni 10 minutos tardaron en agotarse, muestra de que el levantinismo nunca dejará de lado a sus jugadores ni en los golpes más lastimosos. De hecho, la entidad, a través de sus canales de comunicación, aseguró que «más de 1.200 personas se encontraban en cola virtual para hacerse con una de las localidades disponibles en la grada visitante y ha sido imposible atender todas las peticiones». Una cantidad de solicitudes muy sintomática al coincidir con la cifra de levantinistas que, en la jornada 8 de la temporada pasada, vivieron el encuentro desde el sector foráneo, pero la torpeza del Elche no solo con el número, sino también con la gestión de las entradas de público general, limitará la movilización masiva procedente de Orriols, aunque el Levante, ni mucho menos, estará solo en el Martínez Valero. Miles estarán en las gradas a pesar de que el rival haya jugado sus cartas de manera sucia e incompetente.
A pesar de la ínfima cantidad proporcionada por el Elche para la grada visitante, lo que más indigna en las profundidades del Ciutat de València es la decisión procedente del Martínez Valero de impedir a los aficionados del Levante el poder adquirir localidades en otro sector. En su intento de llenar un campo cuyo anillo superior solo se habilita en contadas ocasiones, el Elche, además de subir el precio de las entradas de 50 a 120 euros, los abonados son los únicos que puede comprar tickets hasta mañana miércoles a un precio que se vende como reducido, pero que no baja de los 20 y va hasta los 55. Según pudo saber Superdeporte, la decisión de los ilicitanos viene motivada por lo sucedido en el último encuentro en casa de los de Eder Sarabia contra el Albacete, cuyos precios fueron desde los 20 hasta los 60. Dieron 1200 a los del Carlos Belmonte y abrieron la venta general unos 10 días antes del partido en cuestión, tal y como marca LaLiga y siendo una regla que se están saltando de cara a este fin de semana, y no solo la abundante presencia de manchegos en el Martínez Valero, sino también el empate sufrido frente a los futbolistas de Alberto González, hizo que quisieran cambiar las reglas del juego y que el Levante pagara los platos rotos alegando que, en el partido de ida, solo tuvieron 626 entradas visitantes en Orriols… pero escondiendo la carta de las entradas del público general y de su correspondiente adquisición. Sin embargo, lo sucedido en la ida retrata, y mucho, al Elche.
Mientras la grada visitante del Ciutat de València tiene 405 espectadores, el cuadro franjiverde tuvo a su disposición 626 entradas y el Levante no pudo ofrecerles más por una cuestión de protocolo de seguridad, ya que fue el primer partido después de la dana sufrida en la provincia de València y fue un día en el que el club quiso invitar a los colegios afectados por la riada. Además, lejos de cualquier rivalidad, la institución levantinista preparó el encuentro desde la máxima emotividad y con la intención de que los aficionados, sobre todo los que directa o indirectamente sufrieron las consecuencias, vivieran una tarde emocionante y se evadiesen de los efectos sufridos a través del que fue el partido de la jornada, entre dos conjuntos aspirantes al ascenso a Primera División. Y pese a que los aficionados franjiverdes no tuvieron más de 626 entradas, siendo de 405 la capacidad de la grada visitante, las entradas de público general costaron entre 25 y 55 euros. Muestra de que las comparaciones, sin duda, son odiosas.
De hecho, el trato despreciable del Elche hacia el Levante tampoco se justifica con el argumento de que el partido se cataloga como una final por subir a la élite, aunque los franjiverdes se den por ascendidos desde hace algunas jornadas pese a que aún queden 12 puntos por jugarse. Este fin de semana, en El Sardinero, se enfrentarán Racing de Santander y Oviedo (tercer y cuarto clasificado) y los asturianos contarán con 1.200 seguidores en grada visitante. No obstante, pese a que en las profundidades de Orriols sobren argumentos para la indignación, el levantinismo se conjura para que miles de granotas estén presentes en Elche y unan fuerzas para que el equipo de Julián Calero afronte la batalla con la máxima energía posible.