El Partido Popular y Vox han dado rienda suelta a la teoría de la conspiración después de los últimos altercados que han sacudido España. Primero fue el apagón que dejó sin tendido de red eléctrica a todo el país y esta semana el sabotaje en la línea ferroviaria entre Madrid y Sevilla que afectó a unos 11.000 viajeros de una treintena de trenes.
Una de las primeras en incendiar la opinión pública fue la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. En el tono que acostumbra, la lideresa regional se pronunció el pasado lunes en términos muy similares a los empleados cuando el país se quedó a oscuras, acusando directamente al Gobierno de la Nación y al responsable de este, Pedro Sánchez, del “caos” que dice ser el país desde que la izquierda está al mando.
Primero fue vía redes sociales donde Ayuso, a pesar de que el ministro de Transportes, Óscar Puente, había explicado que se trataba de un sabotaje de alguien (o un grupo) que sabía lo que estaba haciendo, vertió las acusaciones contra Moncloa. “Apagones, averías… Una calamidad diaria, el bochorno internacional y el daño a la economía (…) Si gobernase el PP, la izquierda estaría incendiando las calles desde el primer día. Pero que nadie confunda la sensatez con la indiferencia. España está harta”.
La política del PP mantuvo esta línea presencialmente, donde desde primera hora de la mañana mantuvo el discurso. A la entrada de un desayuno informativo, preguntada por esta cuestión, la presidenta no negó que se tratara de un sabotaje, tal y como indicaba el Ejecutivo, pero insistió en que “lo que queda claro es que con este Gobierno nada funciona desde hace muchos años”. “Faltan reformas profundas, falta sentido de Estado y desde que está gobernando Pedro Sánchez todo es un caos”, indicó.
En estas, habló de otros temas, siendo precisamente uno de ellos el del apagón eléctrico. “Funciona todo mal. Todo aquello que tiene que ver directamente con el Gobierno… No digamos el apagón eléctrico, el futuro energético de España (…) Queremos saber la verdad y que deje de echarle la culpa a las energéticas cuando esto es una cuestión de una empresa estatal es un monopolio”.
Precisamente la noche misma en la que el país recuperó la normalidad tras el apagón, el PP -liderado nuevamente por Ayuso- y Vox salieron con todo contra el Gobierno central, acusando a Sánchez de “sectarismo” en el caso de la presidenta madrileña y deslizando que “lo peor está por llegar” en lo que respecta a la opinión de la ultraderecha.
Ayuso profundizó bastante aquel momento en el tema destacando que “falta dependencia energética” y que las políticas están bajo la influencia de “la ideología y el sectarismo” para evitar una toma de decisiones “profunda”, lo cual lleva a España a “apagones”.
Al día siguiente, si bien rebajó en cierto modo el tono, no se cortó a la hora de dictaminar que la gestión del Ejecutivo es “desastrosa” porque “la imagen que estamos dando ante el mundo es la de un país al que se le funden los plomos y no sabe por qué”. “Esto pasa en países del tercer mundo y países de suma pobreza energética. ¿Qué imagen damos? Somos una de las naciones más importantes y no podemos dar esta imagen», consideró al mismo tiempo que creía que el Gobierno había actuado de manera “lenta e ineficaz”.
«Caos», la palabra más repetida
Si bien en las filas populares fue Ayuso quien llevó la voz cantante, el conjunto de la formación se pronunció de la misma manera. El presidente del partido, Alberto Núñez Feijóo, o el responsable de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla, tampoco escatimaron en críticas al Gobierno Central. Ambos se refirieron a la “incompetencia” de un Ejecutivo que conduce a la “cuarta economía del euro” a situaciones “bochornosas” e incluso, aseguran, tercermundista. Otras voces de la derecha, como el portavoz de los populares en el Congreso, Miguel Tellado, acusaron que “una semana después” del apagón volvía “el caos”.
De una forma parecida, la ultraderecha también trata de sacar rédito a estas situaciones. Los de Santiago Abascal empleaban también el concepto de “caos” y copiaban la idea -aunque a estas alturas es difícil saber quién copia a quién- de que España es un país que “no funciona” con servicios propios “del tercer mundo”. Incluso el antisistema Alvise Pérez emplea el mismo discurso en tanto en cuanto apunta que el país está “sumido en el caos” y se atreve -como los otros detractores de Sánchez- a vaticinar otra caída eléctrica.
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