«La gente no odia lo suficiente a los periodistas», consideró Javier Milei y su palabra fue tomada al pie de la letra por la ultraderecha argentina que intenta pasar a la acción con el aval presidencial. La furia de Milei obedece tanto a las críticas que recibe el programa de ajuste económico como las revelaciones de la estafa con un activo digital, el llamado «criptogate», que lo tienen en el centro de la escena junto con su hermana Karina.
Roberto Navarro, dueño de la radio y el portal opositor, El Destape, fue agredido por dos personas y tuvo que ser internado por 48 horas. «Si Milei sigue así, se va a poner peor. El ataque a los periodistas está en los dos libros que estudió Santiago Caputo, en Los Ingenieros del caos y El mago del Kremlin, del italiano Giuliano da Empoli».
El asesor presidencial Caputo es uno de los hombres más poderosos del país. Acaba de tener un incidente con un fotógrafo: capturó con su teléfono una imagen de su credencial y el gesto fue entendido como una amenaza que el propio Milei celebró: «el periodismo ha gozado, durante mucho tiempo, del privilegio de la producción de la verdad. Pero ese tiempo se ha acabado, no tanto por razones ideológicas, como por transformaciones tecnológicas. Las redes sociales han evidenciado la fragilidad del régimen de verdad propio del periodismo tradicional». La existencia de X, de su amigo Elon Musk, supone para el extertuliano televisivo, una adversidad para los periodistas. «Hoy no pueden extorsionar y chantajear. Sus ingresos caen y por eso pegan».
Milei ganó las elecciones en 2023 presentándose en las antípodas de una «casta política» que, finalmente, le dio mayoría en el Congreso para votar sus proyectos de profunda transformación económica. Ahora, la «casta» es la prensa, según el oficialismo. El propio presidente habla de «mercenarios mediáticos».
Pedido de prisión
El influencer Daniel Parisini, un exenferemero conocido como «El Gordo Dan», tuvo oídos receptivos a la indignación del anarco capitalista, a quien pidió que «meta preso a algún periodista por decreto como hizo (Raúl) Alfonsín», en alusión a lo ocurrido en 1985 durante el gobierno radical. Aquella medida no apuntó contra la prensa, sino que fue consecuencia de un clima golpista agitado por algunos comunicadores y exgenerales en un país que apenas un año antes había dejado atrás la dictadura militar y proliferaban las amenazas contra las autoridades ejecutivas. El «Gordo Dan» publicó en X la imagen de una cárcel imaginaria para profesionales de prensa. También a partir de un montaje ubicó detrás de las rejas a Baby Etchecopar, un periodista conservador, aunque crítico del Gobierno. «Nos quieren callar. La sola idea de que en democracia no se pueda opinar en contra porque se busca la cárcel es ridícula», respondió Etchecopar. «Me resisto a creer que sea verdad».
Agustín Laje, un joven «monje negro» del mandatario, compartió la postura del anarco capitalista y el «Gordo Dan». El autor de La generación idiota dijo que La prensa, «que comenzó sus andanzas en el mundo moderno desbancando el régimen de verdad de los déspotas, terminó asociándose a sus sucesores, los estatistas de todo pelaje». De guardianes de la libertad, «muchos devinieron en obedientes cortesanos» que «se creen por encima de todos y de todo«.
Retroceso
Argentina retrocedió con fuerza en la ponderación de Reporteros sin Fronteras (RSF), al pasar del puesto 40 al 87 de 180. La agenda de Milei es «abiertamente hostil con el ejercicio del periodismo, marca un nuevo y preocupante punto de inflexión para la garantía del derecho a la información en el país».
El Foro de Periodismo Argentino (Fopea) detectó un fuerte aumento de las agresiones contra la prensa 2024, un total de 179 episodios, 53% más que un año antes, y llamó a Milei a sostener «una relación institucional madura» con los medios «respetando el disenso y la crítica». El 65,43% de los ataques provinieron de la principal autoridad ejecutiva.
Jorge Fontevecchia, director del diario ´Perfil`, ha llevado a los tribunales al propio Milei por las agresiones. «La solución no pasa por encarcelar a los odiadores como ellos proponen hacerlo con los periodistas –¡adónde hemos llegado!– citando equívocamente a Raúl Alfonsín en una situación totalmente incomparable. La solución pasará por la cura de las pasiones tristes que sufren algunos dirigentes de La Libertad Avanza». Fontevecchia presenta este sábado en la Feria Internacional del Libro de la ciudad de Buenos Aires un libro que recopila los enfrentamientos con el presidente. Fontevecchia vs. Milei. Bitácora del surgimiento de un presidente extremo, revisa 500 días de ataques personales, desacreditaciones públicas «y una visión del periodismo como adversario político».