El onubense Juan Diego García sustituye a Fran Carballo al frente del Olímpico, que apuesta por una renovación casi total de su plantilla para resurgir tras una dura temporada sin títulos en la élite del vóley femenino nacional
¿Cómo se gestó su fichaje por el Hidramar Emalsa Gran Canaria? ¿Cuándo se produjeron los primeros contactos?
No recuerdo exactamente la fecha. Me encontraba en Italia jugando el playoff y ha sido todo bastante rápido; es lo que tiene el ya conocernos de antes. Simplemente me presentaron el proyecto y me preguntaron si existía la posibilidad de contar conmigo. Evidentemente les dije que sí existía esa posibilidad porque soy un entrenador profesional y estaba en el mercado.
A pesar de que se conocen desde hace años, ¿nunca habían tenido la oportunidad de trabajar juntos en el pasado?
Nunca habíamos trabajado juntos. Durante mi segundo año en el Haris, porque el primero se cortó por el Covid, el Olímpico nos deja fuera de la final de la Liga en semifinales. Caímos en el tercer partido y yo, la siguiente semana, cuando ya nosotros habíamos acabado la temporada, me fui a ver los entrenamientos de Pascual Saurín con el Olímpico.
¿Cómo ha sido su experiencia durante los dos últimos años en dos ligas tan potentes como son la alemana y la italiana?
Las dos experiencias han sido buenas y enriquecedoras, tanto en Alemania como en Italia. Ambos eran nuevos desafíos para mí, en dos campeonatos distintos, países diferentes donde nunca antes había dirigido. Pienso que supuso un gran aprendizaje para mí. A Italia me fui con un rol distinto al que venía desarrollando durante los últimos años, como entrenador asistente, pero cuando te llama la mejor liga del mundo es muy complicado decir que no, aunque sea en un rol distinto. Ha sido un salto cualitativo bastante grande. Poder estar en el día a adía con esas jugadoras y esos entrenadores me ha servido para tener una óptica diferente de todo el conjunto, no sólo de lo técnico y de lo táctico, sino también de lo que no es voleibol. Me ha servido también para nutrirme, enriquecerme, aprender y seguir evolucionando, que es lo que siempre debemos de hacer como seres humanos.
¿Qué Hidramar Gran Canaria espera encontrarse después de una temporada nefasta? De ganar cuatro títulos en la 2023-24 a quedarse en blanco la siguiente.
No sé si las jugadoras estarán dolidas o con ganas de reivindicarse. Imagino que sí, porque los deportistas somos así y nos gustan las revanchas y los retos. Me espero un Olímpico dispuesto a afrontar el reto que tiene por delante, que es el de volver a estar en la zona alta de la tabla y volver a jugar finales. Quiero trabajar para conseguir un equipo que quiera aceptar un reto diario, no un reto a largo plazo. Tenemos que tener una mentalidad cortoplacista, porque pensar en lo que pueda ocurrir en febrero, que es cuando se disputa la Copa de la Reina, o en los playoffs, lo único que puede hacer es quitarnos de lo más importante: llegar a ser un equipo que a diario pueda batirse a sí mismo.
¿Hasta qué punto la confección de la nueva plantilla va a contar con su participación directa?
Entro a formar parte no sólo del cuerpo técnico del Olímpico, sino también de la dirección deportiva, que está buscando jugadoras. Lógicamente, todas las ayudas que puedan venir de cara a confeccionar la plantilla más fuerte que podamos son buenas. Queremos tener un Olímpico más fuerte que pueda pelear por esos grandes retos que se plantean
Tocó sufrirle durante su etapa al frente del Haris, pero ¿cómo se ve al Olímpico desde la óptica de su eterno rival?
Se le veía como un equipo muy duro, muy fuerte y al que siempre le teníamos delante; era muy difícil enfrentarse a ellas. Siempre estábamos muy alerta, porque en cualquier momento podían darle la vuelta a la situación, como nos sucedió en más de una ocasión.
¿Le sorprende el cambio de equipos dominadores en la Liga Iberdrola pasando el Heidelberg Volkswagen y el Avarca de Menorca a ocupar el lugar en las finales del Olímpico y del Haris?
Me parece algo bueno para la competición española, porque el que haya más alternativas hace que todos tengamos que crecer un poco más. Aumentan los rivales a batir, por lo que el nivel de exigencia es mucho mayor.
¿A qué equipo ve como favorito en esta final de la Liga? ¿Hasta que punto puede ser clave el factor cancha en esa serie final?
No sabría dar un pronóstico, aunque al ganar el Heidelberg los dos primeros partidos en Gran Canaria veo complicado, aunque no imposible, que el Menorca pueda sacar ahora los dos partidos en su casa. El Menorca es un equipo que también está demostrando que sabe hacer bien las cosas.
¿Cómo es el nuevo entrenador que ha fichado el Olímpico?
Pienso que estoy más preparado que otros años, porque tenemos que evolucionar, y me fui a Italia precisamente buscando esa evolución. Me gusta mucho, mucho, mi trabajo, siento pasión por el voleibol, intento tener controlados todos los detalles que sean posibles controlar, me gusta hacer un análisis profundo de todo lo que ocurre, no sólo de voleibol, sino también lo que sucede fuera de la cancha, porque pienso que se está convirtiendo en algo cada vez más importante para que un equipo pueda rendir a un gran nivel. Soy un entrenador al que le gusta mucho su trabajo.
¿Van a producirse más cambios en el staff técnico o contará con el mismo cuerpo técnico con el que contó Fran Carballo la temporada pasada?
Estamos trabajando de momento en los fichajes de las jugadoras y el staff será el siguiente paso que abordaremos.
Se le considera un entrenador muy intenso durante los partidos, en la línea del actual entrenador del Guaguas, Sergio Miguel Camarero, pero ¿cómo es fuera de la pista de juego?
Soy más tranquilo (risas), no puedo mantener ese nivel de intensidad durante todo el día. Me gusta seguir mis rutinas, me considero alguien normal.
¿Cómo lleva esa presión de incorporarse a un equipo en el que parece que no está permitido el perder, al ser uno de los presupuestos más altos de la categoría?
Estoy convencido de que nuestro gran objetivo debe de ser el centrarnos en el día a día para poder conseguir grandes metas. Creo que es necesario hacer una puntualización, porque no creo que nadie entrene para perder, todos lo hacen para ganar. Creo que toda esa exigencia debe de venir desde dentro. Cada uno debe autoexigirse, tenemos que batir al Olímpico cada día, lógicamente queremos ganar y nuestras miras están puestas en las finales de las competiciones que juguemos, porque hacia eso está encaminado el proyecto del club.
¿Le gusta la idea de jugar en el Gran Canaria Arena?
La mítica del CID es bastante grande y me hubiese gustado jugar allí, pero no podemos pensar en el CID porque no está; la verdad es que el Arena me ha encantado.
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