NGJ-MB de Raytheon potencia guerra electrónica

El NGJ-MB de Raytheon, con tecnología AESA, mejora la supresión de radares y comunicaciones enemigas para el EA-18G Growler.

NGJ-MB de Raytheon revoluciona la guerra electrónica con AESA

La Marina de Estados Unidos implementa el Next Generation Jammer – Mid Band (NGJ-MB), desarrollado por Raytheon, como un avance crucial en la guerra electrónica. Diseñado para el Boeing EA-18G Growler, este sistema sustituye al obsoleto ALQ-99, operativo desde la Guerra de Vietnam. El NGJ-MB utiliza arrays de barrido electrónico activo (AESA), que generan haces de alta potencia para neutralizar radares y comunicaciones enemigas. En octubre de 2024, la Marina otorgó a Raytheon un contrato de 1.300 millones de dólares para producir 15 sistemas NGJ-MB, con entregas previstas hasta 2027.

La tecnología AESA permite al NGJ-MB emitir haces dirigidos con precisión y rapidez, adaptándose a amenazas dinámicas. A diferencia del ALQ-99, que depende de componentes mecánicos y tiene limitaciones en potencia y agilidad, el NGJ-MB ofrece una capacidad de jamming más efectiva contra sistemas de defensa aérea avanzados, como los radares S-400 rusos o los sistemas chinos HQ-9. Esta capacidad asegura que las fuerzas aliadas puedan operar en entornos de alta amenaza, protegidas contra detección y ataque.

El NGJ-MB se integra en dos pods externos del EA-18G Growler, cada uno con su propio array AESA. Estos pods, alimentados por un generador de turbina Ram Air, proporcionan energía suficiente para operar sin sobrecargar los sistemas del avión. En pruebas realizadas en 2023 en la base naval de Patuxent River, el sistema demostró su capacidad para interrumpir múltiples señales simultáneamente, un avance respecto a las capacidades monodireccionales del ALQ-99.

El caza de guerra electrónica embarcado J-15D de la Armada china, equivalente al EA-18G de la Armada estadounidense, fue presentado en el Salón Aeronáutico de China de este año. (Crédito de la imagen: Rin Sakurai)

El programa NGJ-MB, iniciado en 2013, superó retrasos causados por desafíos técnicos en la integración de AESA y la gestión térmica de los pods. En 2021, Raytheon completó pruebas de vuelo que validaron la capacidad del sistema para operar en condiciones extremas, incluyendo altas temperaturas y vibraciones. La producción a gran escala comenzó tras la aprobación de la Milestone C en 2022, marcando la transición a la fase de fabricación.

Datos clave del NGJ-MB y su impacto en la guerra electrónica

  • Capacidad AESA: Genera haces de alta potencia con agilidad para contrarrestar amenazas avanzadas.
  • Plataforma: Diseñado específicamente para el Boeing EA-18G Growler.
  • Contrato: 1.300 millones de dólares para 15 sistemas, con entregas hasta 2027.
  • Reemplazo: Sustituye al ALQ-99, mejorando potencia y precisión.
  • Pruebas: Validado en 2023 en Patuxent River para jamming multidireccional.

Capacidades avanzadas del NGJ-MB en escenarios de combate

El NGJ-MB permite a la Marina de Estados Unidos contrarrestar sistemas de defensa aérea integrados, un componente crítico en conflictos modernos. Su capacidad para denegar, degradar e interrumpir señales enemigas protege a las fuerzas aliadas al cegar radares de largo alcance y sistemas de comunicación. En simulaciones de 2024, el sistema demostró eficacia contra redes de defensa aérea simuladas, reduciendo la capacidad del enemigo para coordinar respuestas.

La flexibilidad del NGJ-MB radica en su capacidad para operar en múltiples frecuencias de banda media, cubriendo un espectro amplio que incluye radares de vigilancia y control de fuego. Esto lo hace ideal para misiones de supresión de defensas aéreas enemigas (SEAD), donde el EA-18G Growler actúa como escolta para cazas y bombarderos. La tecnología AESA también permite actualizaciones de software rápidas, asegurando que el sistema pueda adaptarse a nuevas amenazas sin modificaciones de hardware.

El desarrollo del NGJ-MB responde a la creciente sofisticación de los sistemas de guerra electrónica enemigos. Países como China y Rusia han invertido en radares de baja probabilidad de intercepción y sistemas de comunicación resistentes al jamming. El NGJ-MB contrarresta estas tecnologías al emitir señales de alta potencia que saturan los receptores enemigos, incluso en entornos electrónicos densos.

Una infografía de la GAO que muestra cómo los NGJ del EA-18G se integrarán con otros activos estadounidenses en un futuro escenario de guerra. Nótese que el EC-130, que se muestra en la esquina superior derecha, ahora ha sido reemplazado por el EA-37, basado en el avión comercial G550. (Crédito de la imagen: GAO)

La Marina de Estados Unidos planea integrar el NGJ-MB en todas las alas aéreas embarcadas para 2030, con un total de 135 sistemas en servicio. Este despliegue fortalecerá la capacidad de las fuerzas navales para proyectar poder en regiones disputadas, como el Indo-Pacífico y el mar Negro, donde las defensas aéreas enemigas representan una amenaza significativa.

Contexto estratégico y evolución del NGJ-MB

El NGJ-MB forma parte de una familia de sistemas de guerra electrónica que incluye el NGJ-Low Band y el NGJ-High Band, aún en desarrollo. Mientras el NGJ-MB se centra en frecuencias de banda media, los otros sistemas cubrirán espectros complementarios, asegurando una capacidad de jamming integral. Raytheon, en colaboración con Boeing, lidera el esfuerzo para sincronizar estos sistemas con las capacidades del EA-18G Growler.

El programa NGJ responde a la necesidad de mantener la superioridad electrónica en un entorno global donde las potencias adversarias han avanzado en contramedidas electrónicas. En 2018, un informe del Departamento de Defensa destacó que el ALQ-99 no podía contrarrestar los radares modernos debido a su diseño obsoleto. El NGJ-MB aborda estas deficiencias con una arquitectura modular que permite mejoras continuas.

La inversión en el NGJ-MB refleja el compromiso de Estados Unidos con la guerra electrónica como pilar de su estrategia militar. En 2024, el presupuesto del Pentágono asignó 2.100 millones de dólares al desarrollo y producción de sistemas de jamming, con el NGJ-MB como prioridad. Esta inversión asegura que las fuerzas estadounidenses mantengan la capacidad de operar en entornos hostiles, donde la detección temprana y la coordinación enemiga podrían comprometer las misiones.

El impacto del NGJ-MB se extiende más allá de la Marina de Estados Unidos. Aliados como Australia, que opera el EA-18G Growler, han expresado interés en adquirir el sistema para mejorar sus capacidades de guerra electrónica. Las exportaciones potenciales fortalecerán la interoperabilidad entre las fuerzas aliadas, un factor clave en operaciones conjuntas en regiones estratégicas.

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