El pleno del Ayuntamiento de Zaragoza aprobó ayer las modificaciones del pacto parasocial de la empresa Nueva Romareda, que es el documento que rige la relación entre los tres socios que componen la SL, esto es, el propio consistorio, el Real Zaragoza y el Gobierno de Aragón. Entre los cambios que se han introducido está, como ya avanzó este diario, el retraso en los pagos comprometidos por el club para ampliar su participación en la sociedad, que ya en 2024 no abonó los 6,8 millones anunciados. No obstante, este no es el único cambio introducido en este texto.
Entre otras cosas, el nuevo pacto introduce matices que se ajustan mejor a la nueva realidad del proyecto de construcción de la nueva Romareda, como que, además de encargarse de levantar el nuevo estadio, también se incluye el compromiso de contratación de toda clase de obras, estudios, proyectos, servicios y suministros relacionados con la actividad de la compañía. Esto es, entre otras cosas y para que se entienda, el montaje de un campo de fútbol modular en el Parking Norte, algo que no estaba contemplado de un inicio.
No obstante, además de los cambios que se realizan al texto fundacional, resulta llamativo también los que no se hacen. En diciembre, la alcaldesa, Natalia Chueca, quien también ejerce como presidenta de la sociedad Nueva Romareda, anunció al resto de portavoces municipales que los tres socios habían acordado, tras las dudas manifestadas por Vox, incrementar las aportaciones que tendrá que hacer el club a cambio explotar y gestionar el estadio a la propia sociedad. Así, de los 500.000 euros en concepto de canon fijo que se había previsto en un inicio cuando se constituyó la sociedad se pasará a 1,1 millones durante los cinco primeros una vez esté terminado el estadio. Después se iría incrementando. Asimismo, según explicaron entonces fuentes de la SL, mientras el equipo juegue en el Parking Norte pagará 250.000 euros en concepto de canon a la sociedad.
Por otra parte, a este canon fijo hay que sumarle un canon variable. En un inicio, tal y como constaba en los pactos parasociales, se estableció que este porcentaje podría oscilar entre un 3 y un 5%, pero según comunicó finalmente Chueca hace unos meses, los socios habían decidido tirar a lo alto y fijar ese pago en el 5% de los ingresos que consiga el club por la explotación del estadio. Sin embargo, este cambio no se ha introducido en los cambios realizados en los pactos parasociales. En la cláusula 5, una de las que ha sido modificadas, sigue constando que la cantidad variable «consistirá en un porcentaje mínimo del 3% y un máximo del 5%».
Así, si bien es cierto que el pago que finalmente deba hacer a la sociedad Nueva Romareda, de la que forma parte, por explotar el estadio, se reflejará en un contrato posterior, los pactos que rigen la vida de la SL parecen haber obviado por el momento el compromiso que adquirió la alcaldesa con el resto de grupos municipales, que pedían que la parte privada asumiera más riesgos o, al menos, gozara de menos privilegios en el seno de la sociedad.
Otras cosas que sí que han cambiado en el contenido de ese pacto es la voluntad de los tres socios de «promover la entrada en el capital social de Nueva Romareda SL de otras entidades públicas aragonesas, así como de entidades privadas financieras». Hasta aquí, el texto es el mismo. Lo que se ha añadido es que esas entidades privadas también pueden ser «no financieras», lo que abre la puerta a que la DGA, el club y el ayuntamiento busquen aliados para este proyecto más allá de bancos, un intento que, por otro lado, ha fracasado por el momento a pesar de que las dos instituciones públicas han apelado directamente a Ibercaja para que participe en la operación.
Suscríbete para seguir leyendo