En una etapa muy relajada de su vida en la que ha encontrado el equilibrio perfecto entre el éxito profesional y personal, Belén Rueda se ha sumado a la aventura de Jesús Calleja con el que ha viajado hasta Egipto acompañada de David Bisbal y Rosanna Zanetti, Eva Hache y Santiago Segura.
A las puertas de la próxima boda de su hija Belén Écija, la actriz confiesa que está disfrutando mucho de todo el proceso de los preparativos porque ve que su hija y su futuro marido lo están llevando muy bien: «Mi hija tiene 30 años y llevo muy bien que se case, lo están llevando con tanta ilusión que se contagia. Me gustaría que me llamaran abuela, es simplemente un nombre». Tras haber cumplido los 60 el pasado 16 de marzo, Belén reconoce que ha sio un escalón que ha vivido tanto a nivel personal como profesional: «Los 60 no solo se cumplen profesionalmente, también personalmentre y te apetece dedicarle tiempo a esos amigos que quizas no has visto tanto».
Siempre muy discreta con su vida más personal y familiar, Belén revelaba un problema de salud que ha vivido y que tan solo ha compartido con su círculo más cercano. «Sufrí un ictus transitorio, a veces por el estrés me dan ganas de vomitar, mareos… esta vez sentí lo mismo, pero más intenso. Mi hermana vivía al lado y la llamé» comenzaba contando. «Era un ictus transitorio, pero gracias a eso me hicieron un TAC en la cabeza y me descubrieron aneurisma, durante mucho tiempo no lo quieres decir, no se lo quieres contar a nadie» reconocía hablando sobre este susto como nunca antes lo había hecho.
Consciente de que esto supuso un cambio en su vida, Belén le explicaba a Jesús que incluso tuvo que someterse a una operación: «Mi familia sí lo sabía. Me operaron y me pusieron un stent. El neurólogo para mí es Dios, me dijo ahora estás mejor que antes, el tema de no descubrir a tiempo un aneurisma es que puedes tener un ictus muy grave».