“¿Sabéis adónde voy ahora? -pregunta Richard Gere (Filadelfia, 1949) a un grupo de periodistas después de dedicar la mañana a responder entrevistas en un lujoso hotel barcelonés-. A visitar el barco de Open Arms. Cumplen ahora el décimo aniversario, creo. Esa organización hace un trabajo espectacular para ayudar a los que más lo necesitan y tiene a todos los gobiernos en contra. ¿No es increíble?”. Si no resultara algo cínico, casi podría decirse que esa visita bienintencionada parece diseñada a medida para encajar en el plan promocional de ‘Sabiduría y felicidad’, un documental sobre el Dalái Lama que Gere, en calidad de productor ejecutivo, ha venido a presentar a Barcelona en el marco del BCN Film Fest.
Entre otras cosas, ‘Sabiduría y felicidad’ -que está dirigida por los suizos Barbara Miller y Philip Delaquis y se estrena hoy mismo en los cines- es una película que invita a responder a los complejos retos que tiene frente a sí el mundo contemporáneo con amor y compasión. Es un mensaje que suena casi revolucionario en los tiempos actuales. “El propósito esencial que todos compartimos en este mundo es encontrar la felicidad y evitar el sufrimiento -apunta Gere mientras dar sorbos a una infusión-. A todos nos une el que respondemos ante la amabilidad. Es una cualidad básica que se puede convertir en amor y compasión y que, si se desarrolla un poco más, nos puede llevar al altruismo, un estado en el que ya no piensas en ti mismo sino en las necesidades de los otros. El Dalái Lama ha alcanzado ese nivel. Y nos enseña que, con trabajo, es posible llegar hasta ahí. Pero en el mundo en el que vivimos, hay gente que en lugar de meditar sobre el amor y la compasión, prefiere centrarse en el poder, el control y la oscuridad. Y, desgraciadamente, estamos eligiendo a líderes que refuerzan eso”.
¿Qué hacen los republicanos?
Como se ve, no hace falta mucha persuasión para que el protagonista de ‘Oficial y caballero’ empiece a lanzar invectivas contra Donald Trump y “la banda que lo rodea”. Tal vez favorecido por su condición de residente en Madrid, Gere es de las pocas estrellas de Hollywood que en los últimos meses se han atrevido a alzar la voz contra el gobierno de su país, aunque él asegura que la mayoría de la gente de la industria “está horrorizada”. A él le perturba más, asegura, la falta de reacción de los políticos republicanos. “Antes de que [Trump] fuera elegido, muchos de los republicanos que ahora apoyan estas políticas horribles trabajaron durante años en la dirección opuesta; apoyaban la agencia para el desarrollo internacional, los programas de alimentos alrededor del mundo y en las escuelas de Estados Unidos… ¿Qué les pasa ahora? Solo [la senadora republicana Lisa] Murkowski, en Alaska, ha alzado la voz contra todo eso, pero también ha reconocido que siente miedo por haber hablado. ¿Dónde está resto? Todos están siendo humillados”.
Richard Gere, con los directores Barbara Miller y Philip Delaquis, en Barcelona / Enric Fontcuberta / EFE
El actor concede que el temor que inspira el actual inquilino de la Casa Blanca se basa en buena parte en la impredecibilidad de sus movimientos. “Nadie sabe con certeza a qué está jugando Trump -sentencia-. Yo lo pregunto constantemente, a mi amigos republicanos, a mis amigos demócratas, a los trabajadores de las oenegés, y nadie puede descifrar qué esta haciendo ni adónde quiere llegar, más allá de que es alguien que parece disfrutar con el caos. A primera vista, uno diría que simplemente le encanta destruir cosas”.
La estrategia de China
Budista practicante desde que en los albores de su carrera hizo un paréntesis en su actividad profesional para viajar a Nepal, Gere es también un activo defensor de la causa tibetana, faceta que le ha ocasionado algunos problemas en Hollywood y, desde luego, la animadversión de las autoridades chinas. Ahora asiste con cierto estupor a la escalada de provocaciones entre EEUU y China. “Como casi todo con Trump, es algo muy confuso. Hasta hace poco, nuestras relaciones internacionales se basaban en cosas de las que estábamos orgullosos, como los derechos humanos o la democracia, pero eso no es lo que mueve a Trump. Y nadie sabe en realidad qué pretende. Por otra parte, China ha estado muy silenciosa. Saben que se está produciendo un cambio en el orden internacional y que ellos pueden ser los beneficiados”.
¿Cómo concilia Gere el mensaje central de ‘Sabiduría y felicidad’ -todos somos iguales- con su condición de estrella de cine que allá donde va se convierte en el centro de atención y puede hacer oír su voz? “El Dalái Lama siempre comenta que su trabajo en este mundo es ser el Dalái Lama -responde-. Pues bien, mi trabajo es ser actor. El vuestro es ser periodistas. Ese es el papel que interpretamos. Pero en un sentido profundo, somos lo mismo. Nadie es mejor que nadie. Eso es lo que nos dice el Dalái Lama. Aunque él -sonríe- es claramente mejor que nosotros”.
