En un contexto de gran complejidad geoestratégica, y frente al reto climático que afronta el planeta, la descarbonización de la actividad económica e industrial resulta crucial para reforzar la independencia energética de nuestro país y preservar al mismo tiempo los valores ambientales. Este proceso de descarbonización es, además, una herramienta clave para mejorar la competitividad y la rentabilidad de las empresas.
Es en este marco donde Ence impulsa su estrategia, tanto en el negocio de Celulosa, donde se está convirtiendo en un fabricante de celulosas especiales, sustitutivas del plástico y de la fibra larga, como en el de la Energía Renovable, mediante la transformación de biomasa de proximidad en diversas energías sustitutivas de fuentes fósiles.
En el ámbito del negocio de Celulosa, son importantes los avances que se están llevando a cabo en sus biofábricas. En concreto, hay destacar que el 91% de la energía primaria que se consume en Navia y Pontevedra ya es renovable. A día de hoy, solo es fósil el 9%. Es en este último registro en el que la compañía centra sus esfuerzos en materia de descarbonización.
En Navia (Asturias) destaca la modernización del parque de maderas y la sustitución del consumo de gas natural por biomasa en los hornos de cal, una mejora que permitirá reducir en un 60% las emisiones de alcance 1 de la biofábrica y mejorar su coste de producción en ocho millones de euros al año.
Por su parte, en la biofábrica de Pontevedra se ha desarrollado un plan que incluye actuaciones pare reemplazar el fuel que se consume actualmente por combustibles renovables.
Inversión en descarbonización
En concreto, en Navia y a través de una línea de inversión total próxima a los 50 millones de euros, la compañía acometerá la sustitución de una línea del parque de madera mejorando la eficiencia energética de la biofábrica. Este proyecto se beneficiará de la línea de eficiencia energética del IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) por un importe de 13 millones de euros.
Asimismo, la compañía destinará 30 millones de euros a impulsar la celulosa fluff desde esta instalación, con el objetivo de diversificar la producción hacia componentes higiénicos y absorbentes que hasta ahora se han importado desde Norteamérica. Con esta iniciativa, que se espera se ponga en marcha en septiembre de 2025, se alcanzará una menor huella ambiental contribuyendo a la sostenibilidad de toda la cadena de producción al tratarse de fibras naturales, compostables y biodegradables.
Pontevedra Avanza
De forma paralela, la compañía trabaja, en su proyecto Pontevedra Avanza, que contempla una inversión de cerca de 120 millones para acometer actuaciones de mejora, según se detalla en el Marco Estratégico 2024-2028 de la compañía
El proyecto Pontevedra Avanza hará posible producir y suministrar, desde su biofábrica de Pontevedra, productos celulósicos especiales de la más alta calidad, que aportarán mayor margen y serán capaces de sustituir a la fibra larga y a los plásticos en multitud de aplicaciones. En esta misma línea de innovación tecnológica, esta iniciativa permitirá aumentar la eficiencia y competitividad de la biofábrica, garantizando que se mantenga a la vanguardia, generando empleo y riqueza sostenibles en el entorno.
Generación de valor en el territorio
Las biofábricas de Pontevedra y Navia generan un impacto positivo en la economía a nivel regional y nacional a todos los niveles a través del desarrollo de su actividad. Así se desprende de un estudio realizado por la consultora especializada Valora sobre estos dos centros de producción.
Según apunta esta consultora, las biofábricas impulsan la actividad de manera indirecta en el sector industrial, forestal y logístico, y de manera inducida en otros como el transporte, el comercio, la hostelería, los servicios profesionales o los servicios públicos, sirviendo de catalizador a territorios eminentemente rurales.