El eco de los éxitos de la mejor generación del deporte español, la de los júniors de oro, aún resuena después de dos largas décadas en la cima. Solo hay que ver el reconocimiento vivido hace apenas unos días con la entrada de Pau Gasol en el Hall of Fame de Springfield.

Pero, por encima de todo, pervive su legado, el que encarnan aún veteranos de leyenda como Rudy Fernández, Sergio Llull o Víctor Claver, y el que han recogido la nueva hornada de talentos como los hermanos Hernangómez, Abrines, Brizuela, Parra o Alberto Díaz que les permitieron romper pronósticos y lograr la gesta tanto en el último Mundial, el del 2019 en China como en el Eurobasket del pasado año.

España llega a la Copa del Mundo de baloncesto que albergarán tres países (Japón, Indonesia y Filipinas) a partir del viernes 25 y hasta el 10 de septiembre como defensor del título, como campeón europeo y número uno del ránking mundial, una carga seguramente demasiado exigente para sus expectativas, aunque con la ilusión y también con la humildad del que sabe que no supera a nadie en talento, que arrastra bajas de peso y que solo el trabajo y la química que ha mostrado en los últimos años le permitirá tirar adelante y superar pronósticos que no la sitúan más allá de los cuartos de final.

Un total de 32 equipos, repartidos en ocho grupos de cuatro, afrontarán la competición no solo por el título Mundial. También lo estará la clasificación para los próximos Juegos Olímpicos de París 2024. Las plazas se otorgarán según las posiciones finales que los equipos obtengan en función de criterios geográficos: dos para los equipos europeos en mejor posición (Francia ya la tiene adjudicada como anfitrión); dos para los americanos; una para el mejor asiático, el mejor africano y el mejor de Oceanía.

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La baja de Ricky

Para la puesta en juego del título, Sergio Scariolo ha perdido una pieza fundamental por el camino. El base de los Cavaliers, Ricky Rubio, no formará parte de la expedición. Dejó la concentración de Madrid e informó de que deja el deporte de forma temporal para cuidar su salud mental. Su anuncio fue un mazazo por la ascendencia que tiene en el grupo.

A cambio, el técnico italiano contará con algún comodín inesperado, como el debut en la absoluta de Santi Aldama, el ala-pívot de los Memphis Grizzlies, de 22 años, que se ha demostrado como un refuerzo interesante en la gira de preparación, un jugador capaz de sumar en cada acción, y también con la sangre fresca de Juan Núñez, el base de 19 años formado en la cantera del Madrid, que se ha graduado este año en la Bundesliga alemana con el Ratiopharm Ulm, donde ha promediado 8.1 puntos, 4.2 asistencias, 3.3 rebotes y 1.2 robos en 19.6 minutos, y a quien Scariolo ve listo para el reto.  

Scariolo da una charla a sus jugadores en la concentracíon de la selección en Málaga FEB


Más allá de su palmarés pocos confían en la candidatura de la selección. Ya sucedió en el Mundial de China y en el Eurobasket de Alemania. Aparece el sexto en el power ránking de la FIBA por detrás de selecciones como EEUU, Australia, Eslovenia, Francia o Alemania. El impacto que ha tenido la baja de Ricky Rubio o las dudas sobre el estado físico de Llull o Rudy, ya piezas complementarias, la han hecho caer por debajo de su ránking mundial.

La fase de preparación deja luces (el empuje de Núñez, el protagonismo de Abrines, la energía de Garuba, el paso delante de Claver) y alguna sombra sobre el grupo de Scariolo. Tres victorias y dos derrotas frente a dos de los grandes aspirantes como EEUU y Canadá, ante los que compitió hasta el final, dejaron entrever que España aún no luce el nivel defensivo que suele ser su seña de identidad o que hay jugadores como Willy Hernangómez que no ha tenido el protagonismo esperado. A otros, como Rudy o Llull los ha protegido Scariolo, que tampoco ha enseñado todas sus cartas.

El grupo de Kerr

Si hablamos de un candidato al trono, todos los ojos se giran hacia el grupo que ha logrado reunir Steve Kerr en EEUU. No están los grandes nombres como Curry, LeBron o Durant. Pero sí jugadores de primera línea: Jalen Brunson, Anthony Edwards o Brandon Ingram, Paolo Banchero o Austin Reeves, estrella muchas de ellos en sus equipos, un grupo joven y de talento, con mucho físico enorme versatilidad, un perfil que se adapta a la perfección al baloncesto FIBA, y que emergen como candidatos indiscutibles. En el torneo del Centenario de la Federación Española en Málaga demostraron frente a la selección española, por si aún existía alguna duda, de que van muy en serio en su objetivo de recuperar el cetro mundial.

Presentación del equipo de EEEUU antes del amistoso ante la Eslovenia de Doncic Jorge Zapata / Efe


Canadá se ha convertido en otro de los polos de atracción de este Mundial. Con las excepciones de Andrew Wiggins (Warriors) y de Jamal Murray (Nuggets), la selección norteamericana reúne por fin a todas sus figuras para una gran cita internacional. Shai Gilgeous-Alexander (Thunder), Kellly Olynyk (Jazz) o RJ Barret (Knicks) son algunas de las piezas que estarán a órdenes del badalonés Jordi Fernández, principal asistente de Mike Brown en los Sacramento Kings, y que parecen encaminados a cruzarse con España en la segunda fase.

En ese grupo de candidatos tienen un puesto preferencial Francia (plata olímpica en Tokio, plata en el pasado Eurobasket, bronce en el último Mundial) que cuenta con figuras consagradas como Rudy Gobert (Timberwolves), Fournier (Knicks), Batum (Clippers), Yabusele (Real Madrid) o Nando de Colo (Asvel) y también a la selección de Australia, con nueve jugadores de NBA como Patty Mills (Nets), Joe Ingles (Bucks) y que contará con el exazulgrana Dante Exum, que abandona el Partizan para incorporarse a los Mavericks. Pero también aparecen como destacados la Eslovenia de Doncic, la Alemania de Dennnis Schröder, la Serbia de Bogdan Bogdanovic o Grecia a pesar de baja de última hora de Giannis Antentokounmpo.