No hay posición que esquive la dificultad en el mundo del fútbol. A veces parecen elementales: el portero para, el defensa resguarda, el centrocampista distribuye y el delantero marca. No obstante, la demarcación de central no huye de las exigencias. Su figura representa pundonor, contundencia, liderazgo, seriedad y, sobre todo, el deber de proteger la portería. Una responsabilidad tan elevada como trascendental a la hora de obtener resultados positivos. El Levante tiene cuatro en sus filas y todos son muy buenos. Cada uno de ellos destaca y eleva el nivel de su equipo partiendo desde la retaguardia. Sin embargo, la química que existe entre Unai Elgezabal y Jorge Cabello, quienes han compartido eje de la zaga en 18 veces esta temporada (17 en liga y una en Copa), es muy alta. Sobre el verde, las virtudes de uno se complementan con las del otro, y fuera del terreno de juego, mantienen una amistad que se ha forjado en el campo de batalla. La veteranía, por parte del ‘5’, es un grado, pero la juventud del ‘14’ es vitamina en la defensa. No obstante, ambos están hoy de celebración: los dos cumplen años este 25 de abril con el deseo no solo de seguir haciendo migas como levantinistas, sino también de defender los colores del Levante en la élite del fútbol español.
Elgezabal y Cabello soplan las velas de sus 32 y 21 años, respectivamente. 11 temporadas separan al vasco del canario, pero la diferencia de edad no es un problema para ninguno de los dos. De hecho, tienen muchas similitudes: ambos tienen alma de central y han crecido soñando con convertirse en un Sergio Ramos, un Piqué o un Puyol, el ídolo de los dos. Futbolistas que admiraban y a los que trataban de imitar para ser lo que son a día de hoy. Pero, actualmente, las miras de Unai y Jorge van más allá. «Me he fijado en muchos centrales que creo que han marcado una época por cómo han defendido y por su liderazgo. Es muy importante focalizarte en tus virtudes, pero también tapar tus defectos. Te hace ser mejor, pero siempre hay margen de mejora. Soy muy autocrítico conmigo mismo», dijo Unai en Superdeporte, a la vez que Cabello, pese a llevar apenas una temporada en el profesionalismo, puso en valor el temple que lleva de serie, curtido y desarrollado en su Canarias natal. «Mi referente ha sido Puyol, pero he cogido recortes de otros centrales como Piqué o Ramos. Lo intento trasladar sobre el verde. Yo juego con más temple, pero cojo las cosas buenas que tienen. Ese temple canario me ha servido mucho. En mi vida soy muy tranquilo, aunque haya gente que me lo achaque. Me dicen que les pongo nervioso, pero no me afecta».
Humildes y cercanos como pocos jugadores profesionales, fruto de un fútbol más embotellado y distante con la gente, Unai Elgezabal y Jorge Cabello, desde la modestia más absoluta, se atrevieron a desgranar el perfil de central que son. «Me definiría como un central rápido. También en el juego aéreo soy alto y eso me hace ganar muchos duelos. Tengo buena salida de balón y, con la calma que tengo, aporto tranquilidad», aseguró el ‘14’. Elgezabal, mientras, se define como un central, «sobre todo, de equipo». «Siempre pienso más en lo colectivo que en lo individual. Soy una persona que viene a sumar desde la experiencia y el saber estar. Soy un defensa ganador de duelos, contundente y aseado en la salida de balón. Pero, sobre todo, alguien al que le gusta competir y que mentalmente se considera muy estable». Con sus virtuosas características, Elgezabal y Cabello han hecho dupla en el centro de la defensa en 18 ocasiones como si llevasen jugando toda la vida. Se deshacen en elogios el uno con el otro. Se respetan, se nutren y, sobre todo, se admiran, complementándose desde su veteranía y su juventud.
«Cabello me parece un jugador con una carrera por delante espectacular. Un central que da mucha tranquilidad y fiabilidad. Parece que lleva jugando en el fútbol profesional muchos años. No es fácil y más en nuestra posición, con la exigencia y concentración que tienes que tener. Cuando le ha tocado jugar se ha partido la cabeza. Cuando no lo ha hecho, ha remado como el que más y eso le define. Es una persona muy humilde, muy trabajadora y eso le va a llevar muy lejos. Me encuentro de maravilla a su lado», comentó Elgezabal sobre Cabello, pero Jorge no se quedó corto. «Unai te lo hace todo mucho más fácil. Es un pedazo de central, defendiendo el área es un animal. En los partidos me ayuda mucho, me corrige y me cubre las espaldas. Jugar con él es muy fácil. La contundencia que tiene en las acciones es brutal. Cuando miro mis partidos también me fijo en él».
Mientras Elgezabal celebra su primer aniversario como levantinista, Cabello lleva haciéndolo desde que entró en la factoría de Buñol con 14 años. Sin embargo, el ‘5’ y el ‘14’ tienen un sentimiento de pertenencia hacia el Levante de gran envergadura. Si el canario lo fue mamando con el paso de las temporadas, el vasco lo entendió a la perfección cuando aceptó el reto de firmar por el club levantinista. Y en este 25 de abril, ninguno renuncia a soñar en grande. «Es el club que me lo ha dado todo. Cumplir años aquí, y encima en el primer equipo, es un orgullo. Es por lo que llevo peleando durante muchos años. Es lo mejor del mundo, me siento como en casa. El mejor regalo sería recibir lo que todos queremos, algo que no quiero pronunciar», comentó Cabello, antes de que Elgezabal expresara un pensamiento similar.
«Tenía claro que ir al Levante suponía dar un paso adelante en mi carrera por lo que supone jugar en este club. Va a ser un cumpleaños diferente, pero muy especial. Tengo muchas ganas de celebrar mi cumpleaños con un broche de oro a final de temporada. Sería algo histórico para todos». Quién sabe si Unai ya se está preparando para frenar a los mejores atacantes del panorama mundial en Primera División. «El fútbol ha evolucionado mucho, son atletas todos. Los delanteros son capaces de hacer la diferencia con muy poco y eso te exige mucha concentración, ser muy contundente y ser ganador de duelos. Te enriquece como deportista porque te hace dar pasos hacia adelante. La mejoría de los delanteros te hace tener que crecer. Si no, no das el nivel», finalizó.