El primer gran expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) al que forzó la sequía en terreno vitivinícola, se ha convertido en definitivo. Henkell Freixenet ha empezado las gestiones para llevar a cabo un expediente de regulación de empleo (ERE) susceptible de llevarse por delante «un máximo» de 180 puestos de trabajo, lo que supondría reducir en un 24% la plantilla total de este grupo en España. Así lo ha anunciado la propia compañía en un comunicado este jueves, en el que asegura que la medida se lleva a cabo «para reestructurar sus operaciones de producción» después de que la sequía haya empujado al sector del cava «a una crisis sin precedentes». «El cambio fundamental en la dinámica del mercado requiere que la compañía tome medidas urgentes para garantizar el desarrollo sostenible del negocio en el futuro», lanzan.
«Los patrones climáticos extremos y las consecuencias a largo plazo de la continua sequía de varios años en Catalunya han creado graves interrupciones en la industria, empujando al sector del cava a una crisis sin precedentes», contextualiza la corporación en este texto. «Como resultado, la producción de cava ha disminuido en general y en Freixenet en particular«, siguen. «Las reservas reducidas y el aumento de los costes de las materias primas han agravado el desajuste entre la demanda del mercado y la sostenibilidad operativa».
La productora con sede catalana en Sant Sadurní d’Anoia no desvela su balance de ventas a cierre de 2024, pero los datos globales de su sector confirman esta crisis. La denominación de origen (DO) cava hizo público que había vendido un 13,4% menos de botellas de cava el año pasado que el anterior (unos 218 millones aproximadamente). Este es el peor balance desde 2020, año de la pandemia, cuando se marcó un suelo de 215 millones de botellas vendidas, algo que este consejo regulador atribuyó precisamente a la falta de producto para satisfacer la demanda.
Este cuadro es palpable en casi todos los principales mercados de venta de este tipo de vino espumoso, aunque destaca especialmente la caída del 63,9% vivida en Alemania, que llega a descender cuatro posiciones en el ranking de principales mercados exteriores del cava.
Ahí detrás está Freixenet, que desde hace 7 años forma parte de un grupo alemán, tras comprar algo más de la mitad de su capital el grupo germano Henkell. Vista la falta de uva en la zona del Penedès y que el producto obtenido no sería suficiente para cubrir a toda la demanda, el grupo decidió priorizar la producción de otro tipo de vino espumoso para algunos mercados, como el alemán.
Falta de materia prima
Es esta misma falta de materia prima la que justificó el ERTE pactado en mayo con la plantilla, por el que aproximadamente 600 trabajadores de Freixenet S.A y Segura Viudas S.A.U vieron reducida su jornada laboral entre un 20% y un 50% toda la segunda mitad del año pasado. Y es esta misma falta de materia prima -que fuentes de la compañía cifran en una reducción de la cosecha del 45%– la que motiva, ahora, el ERE, del que quedan fuera, en este caso, los trabajadores de Segura Viudas.
«Es cierto que ha vuelto a llover, pero el proceso de elaboración del cava es largo», explican desde la empresa, que ha comunicado este mismo jueves a la plantilla la situación, con lo que abre oficialmente el periodo de negociaciones para ejecutar el despido.
«Freixenet tiene la intención de iniciar un proceso de reestructuración que implica un ERE que afectará a un máximo de 180 empleados (casi un 24% del grupo en España). Los detalles del proceso se compartirán adecuadamente con la representación legal de los trabajadores, como es habitual en la compañía, mediante un diálogo abierto cuando se inicie la negociación requerida para este tipo de medida«, exponen en este comunicado, en el que dicen empezar el proceso «con una profunda conciencia del impacto en los empleados y familias». La voluntad, concluyen, es «gestionar los cambios necesarios de la manera más sensible posible».