la historia del Papa mártir que conecta con los orígenes de Ucrania y el milagro que permitió recuperar su cuerpo

En un programa especial de La Linterna
desde el Vaticano el director del programa, Ángel Expósito, ha
charlado con el historiador Emilio Sáenz-Francés, profesor de
Historia y Relaciones Internacionales en la Universidad Pontificia
Comillas, sobre cómo los papas han enfrentado la muerte a lo largo
de los siglos. La charla, dividida en tres bloques, abarca desde los
primeros papas mártires hasta las muertes en soledad de los
pontífices modernos, destacando especialmente la figura de San
Clemente, cuarto papa de la Iglesia.

 Los papas mártires: San Clemente y la universalidad de la Iglesia  

El primer bloque, dedicado a los papas
mártires, aquellos que entregaron su vida por la fe en los primeros
siglos del cristianismo. Emilio Sáenz-Francés destaca que, durante
el Imperio Romano, cerca de 30 papas sufrieron martirio en un
contexto de persecuciones que abarcó aproximadamente 130 años.
Entre ellos, resaltó la figura de San Clemente, cuarto sucesor de
San Pedro, cuyo martirio conecta con “desafíos actuales” de la
Iglesia.

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El martirio de San Clemente I

San Clemente fue deportado a Crimea en
tiempos del emperador Trajano, donde trabajó en condiciones de
esclavitud hasta encontrar la muerte. Según una versión de la
historia, fue atado a un ancla y arrojado al mar por negarse a adorar
a Júpiter. Sin embargo, su cuerpo habría sido devuelto a la costa
por las olas para ser venerado. Parte de sus restos permanecen en
Inkerman, Crimea, mientras que otros fueron trasladados a Roma por
los santos Cirilo y Metodio, considerados padres espirituales de
Ucrania
.

«Este martirio nos habla de una
Iglesia ya universal en sus inicios y que, curiosamente, se relaciona
con conflictos actuales en la misma región», señaló
Sáenz-Francés, refiriéndose a las tensiones en Ucrania. La
historia de San Clemente, según el historiador, es un ejemplo de
cómo la Iglesia ha estado presente en los desafíos geopolíticos
desde sus orígenes.

 Muertes violentas: la era oscura del papado  

El segundo bloque aborda las muertes
violentas de los papas, concentradas en la Edad Media y el
Renacimiento, períodos marcados por la inestabilidad política y las
luchas de poder. Sáenz-Francés describe en COPE esta etapa como
«oscura»
, con papas víctimas de conspiraciones,
envenenamientos y actos de violencia. En solo 150 años, hubo 48
papas, una cifra excepcionalmente alta comparada con períodos
posteriores.

El papa español Alejandro VI

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El papa español Alejandro VI

Entre los casos más notables menciona
a Esteban VI, quien desenterró y juzgó a su predecesor, y a
Alejandro VI, el papa Borgia, conocido por su vida mundana y su
muerte por envenenamiento. «Estos papas reflejan lo peor de una
época en la que la Iglesia no siempre logró trascender los vicios
de su tiempo», explicó el historiador.

 La soledad del pontificado: de Pío VII a Francisco  

El último bloque se ha centrado en la
muerte de los papas en soledad, una característica que, según
Sáenz-Francés, define a los pontífices modernos. Desde Pío VII,
contemporáneo de Napoleón, hasta Francisco, los papas han fallecido
por causas naturales, pero siempre en un contexto de aislamiento
propio del cargo. «Un papa no muere rodeado de su familia, sino
en el ejercicio de un sacrificio que trasciende lo personal»,
afirma el historiador.

El colaborador de COPE cita al escritor
Morris West, autor de la Trilogía Vaticana, donde se explora la
soledad del pontificado. En una de sus novelas, Las sandalias
del pescador, se retrata a un papa ucraniano que asume su destino en
soledad, un tema que, según Sáenz-Francés, refleja la realidad de
muchos pontífices.

Retrato de Pío VII

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Retrato de Pío VII

 La Iglesia y la superación histórica  

Al cerrar la conversación, Ángel
Expósito pregunta qué lecciones podían extraerse de esta historia
y Sáenz-Francés responde que, a pesar de los errores y las épocas
oscuras, la Iglesia ha demostrado una capacidad de superación. «Los
papas, incluso en su soledad, han estado acompañados por su fe y han
contribuido a hacer de la Iglesia una institución más cercana a sus
fines espirituales», señaló.

El historiador destacó que la figura
del papa, como líder espiritual, sigue siendo un referente en un
mundo que parece «desmoronarse». «La historia reciente
del papado, con sus luces y sombras, ofrece ejemplos de cómo el ser
humano puede aspirar a ser mejor», concluye.

Con más de 2.000 años de historia, la
institución papal sigue siendo un testimonio de continuidad y
adaptación, demostrando que, como dijo Expósito, «por algo
será».

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