Diez artistas visuales e independientes, fieles a la filosofía de la autoedición y la premisa del «hazlo tú mismo», muestran sus proyectos visuales en el festival de fanzines CoZidos, una de las ferias isleñas en torno a este formato creativo.
El evento capitaneado por Toni Lemus, precursor de la editorial Cero Fanzine y de la propuesta creativa SacoRoto, cumple una década. La efeméride se conmemora con un «minievento» expositivo que se celebra mañana, con motivo del Día del Libro, en el Centro de Artes Plásticas.
Entre el listado de expositores figura Laura Valverde, Macarena López Grimón, Lidia Esther Díaz, Paqui Martín, Ricardo Montesdeoca, el colectivo Margullo Books y el grupo Machaka —compuesto por los fotógrafos Chris Navarro, Yon Bengoechea y Pascual Ross—.
El fanzine, una voz minimalista y libre, nace de la filosofía del «hazlo tú mismo», un manifiesto que rechaza intermediarios y grandes sellos editoriales. En el proceso se escribe, diseña, fotocopia y encuaderna con las propias manos. La velada cerrará con un concierto del cantautor majorero Fajardo, quien celebrará el primer aniversario de su más reciente álbum, Trecho (2024), un registro de 12 canciones grabadas íntegramente en directo.
En lo que respecta al fanzine, no se trata de un libro al uso, sino un taller de pensamiento en ciernes, donde el creador decide tiradas limitadas y cada ejemplar es casi irrepetible. Al contrario que el fotolibro —o photobook—, donde se cuenta una historia fotográfica de forma secuenciada y editorialmente pulida, el fanzine expone collage, ilustración, relato y fotografía en un mismo friso de libertad, sin consigna más allá de la pulsión creativa del autor.
En este caso, la CoZidos expone propuestas tan heterogéneas como el propio fanzine: desde piezas dedicadas al libro de artista, hasta fotozines que exploran el retrato íntimo y la memoria colectiva. La décima edición traslada la feria a pie de calle, desplegada en el frontis del Centro de Artes Plásticas y en su hall de acceso, ubicado en la calle Colón número 8.
«Aunque durante el año en Cero Fanzine se hacen talleres y todos los meses hay una presentación de un fanzine, vamos a presentar pequeños eventos en paralelo a la feria», reseña Lemus, alma mater de la editorial Cero Fanzine y regidor del espacio homónimo.
El local Cero Fanzine, ubicado en la calle Sucre número 13 de El Sebadal, funciona como biblioteca y archivo que se encuentra in crescendo, albergando actualmente más de 900 ejemplares de fanzines adquiridos desde diversas latitudes. Allí late la memoria de un formato nacido en la trinchera combativa del franquismo, cuando las voces disidentes tejían folletos clandestinos para sortear la censura.
No obstante, esta libertad no es un ‘todo vale’ indefinido: cada fanzine que adquiere Toni Lemus y clasifica en su espaico, convive con códigos de respeto y responsabilidad. En la colección, se conserva registro de ediciones que rozan la irreverencia, pero también testimonios de compromiso social y denuncia, como con una las publicaciones canarias y clandestinas más señaladas, Un fanzine llamado camello.
La editorial canaria Margullo Books, un proyecto fundado por el fotógrafo Rafael Arocha que el pasado mes de marzo visitó Madrid para el evento expositivo Hybrid Art Fair, participará en esta feria con las publicaciones propias e independientes del sello, principalmente fotolibros.
Por otro lado, la artista visual Paqui Martín (Las Palmas de Gran Canaria, 1959) presentará sus personalísimos diseños, entre los que se encuentra su libro dedicado a Galdós «Es otra de las artistas que para mí han sido un descubrimiento», subraya Lemus, que también destaca el trabajo de Laura Valverde, «una de las mejores poetas visuales que hay en España» y el trabajo de Lidia Esther Díaz, creadora del mural expuesto actualmente en la escalera de Cero Fanzine.
En los stands de la feria, se podrá hojear, intercambiar y adquirir ediciones únicas, conversar con sus autores y sentir bajo los dedos la textura viva de cada ejemplar. «Doblas cuatro papeles, los escaneas, haces todas las copias que quieras y vuelcas amor, enfado, alegría, erótico, collage… lo que te dé la gana. No hay directriz: el fanzine es carta de libertad, y siempre ves a la persona que hay detrás», concluye Lemus.