El cardenal arzobispo emérito de València, Antonio Cañizares, fue el que le sugirió el nombre de Francisco al papa Bergoglio. Así lo contó el mismo purpurado de Utiel a Levante-EMV en una entrevista en 2017. Cañizares, que era el único valenciano con derecho a voto en el cónclave que eligió al sucesor de Benedicto XVI, explicó a este periódico que antes del mismo «invite a comer a casa al cardenal Bergoglio y a otros dos cardenales amigos, para hablar sobre qué tipo de papa elegíamos, no la persona, sino el tipo. Pensaba que deberíamos elegir un nuevo San Francisco que reconstruya la Iglesia de San Damián, que es solo Dios, como nos ha revelado Jesucristo en las bienaventuranzas. Un papa sobre todo de la pobreza, de la paz y la misericordia. Bergoglio y los otros dos cardenales asintieron que ese tipo sería muy bueno». «Después se lo comenté al cardenal O’Connor, que no entró en el cónclave porque tiene más de 80 años, que añadió que también tuviera sentido común y sentido del humor. A Bergoglio le parecieron muy bien esas dos notas», añadió en la entrevista.
El único elector valenciano
Cañizares, nacido en Utiel el 15 de octubre de 1945, a sus 79 años también volverá a ser el único valenciano entre los cinco cardenales españoles con derecho a voto en cónclave que debe votar al sucesor del papa Francisco. Es el arzobispo emérito de Valencia desde octubre de 2022, cuando el papa Bergoglio aceptó su renuncia y nombró como sucesor a Enrique Benavent. Cañizares fue nombrado cardenal en 2006 por el papa Benedicto XVI y ha ocupado el cargo de vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) en dos etapas: 2005-2008 y 2017-2020.
Antoni Cañizares, segundo por la derecha, en el cónclave de 2013 que eligió al papa Francisco. / Levante-EMV
«A Bergoglio le gustó»
En la entrevista con Levante-EMV, Cañizares también desveló que en la comida con Bergoglio y otros dos cardenales previa al cónclave de 2013 también propuso que el sucesor de Benedicto XVI fuera «miembro de una orden religiosa, cosa que a Bergoglio le gustó y así quedamos». «Cuando sale elegido, y Bergoglio se retira a cambiarse la sotana, el cardenal que estaba a mi lado me dice: ‘¿Qué nombre elegirá?’. ‘Pues no lo sé’, respondí. ‘Siendo jesuita, Pablo VII’, dijo. ‘¿Por qué no Francisco?’, comenté yo. Cuando llega el papa nos dice: ‘He elegido el nombre de Francisco, pero el de Asís, no el de Borja, ni el de Javier. El cardenal con el que estaba hablando antes me pregunta: ‘¿Tú lo sabías?’ ¡Qué iba a saber, si no sabía quién iba a ser el elegido!», relataba el cardenal en la entrevista.

El cardenal Cañizares y el papa Francisco en una imagen de 2016 en la basílica de San Pedro de Roma, ante la ‘Piedad’ de Miguel Ángel. / Levante-EMV
Aunque Cañizares, que reconocía en la entrevista que tenía «amistad» con Bergoglio, no le preguntó al nuevo papa si había elegido el nombre de Francisco por su comentario, si que admitía la satisfacción interna de habérselo sugerido y «no solamente el nombre sino el contenido del Pontificado, de un nuevo San Francisco, que va en sintonía con los anteriores pontificados de Benedicto XVI y Juan Pablo II».