En ocasiones los resultados deportivos no sirven para generar un buen ambiente y lo que ha sucedido a lo largo de la temporada en el CB Islas Canarias es una buena prueba de ello. El equipo lograba el sábado poner el broche de oro a la temporada en la máxima categoría del baloncesto femenino nacional con un triunfo que dejaba a las amarillas décimas en la tabla, en un curso en el que además lograron regresar a la Copa de la Reina 11 años después. Y todo ello en medio de una temporada extraña en el que su técnico regresó al equipo tras dos jornadas fuera. La inercia negativa hacía que las dos partes volvieran a unir sus caminos.
Qué César Aneas no iba a seguir siendo el entrenador del Spar la próxima campaña era un hecho consumado, además conocido por ambas partes. La razón, un conflicto no resuelto con un club con el que no hubo feeling desde el principio en una relación condenada al fracaso de antemano.
Quizás por esa razón en el Islas Canarias no se entendió la declaración de guerra implícita en el escrito de sus redes sociales por parte del estratega catalán al término de su partido ante el Baxi Ferrol el pasado sábado, en la que junto a un vídeo de su paso por la entidad amarilla afirmaba lo siguiente: «Adiós a una temporada inolvidable. Tras un intenso año culminado con la permanencia y la histórica participación en la Copa de la Reina de Zaragoza he tomado la decisión de no seguir al frente del primer equipo del Islas Canarias durante la próxima temporada. Creo que debemos seguir trabajando para dignificar tanto el baloncesto femenino como la profesión de entrenador y, por desgracia, ha habido demasiadas situaciones que han hecho esta tarea más complicada de lo razonable. Por eso creo que ha llegado el momento de buscar nuevos retos en organizaciones que cumplan los mínimos exigidos por una de las mejores competiciones de Europa. Gracias a mis jugadoras y a las personas que han contribuido a cumplir con el exigente reto de construir un equipo en tiempo récord y hacerlo competitivo contra viento y marea».
Entre versos, Aneas deslizó que era él quien tomó unilateralmente la decisión de no continuar la próxima temporada , además de insinuar que el propio club dinamitó de alguna manera su trabajo al frente del banquillo.
En una decisión inusual, el club no emitió un comunicado de prensa con destino a los medios de comunicación en respuesta a las declaraciones de su ya exentrenador, sino que cayendo en el mismo error que él, decidió contestar de forma dura y en primera persona en sus redes sociales oficiales, que rezaba lo siguiente: «Desestimado César. Veo que tu problema de mitomanía va a ser difícil de solucionar sí sigues queriendo manipular la realidad para que parezca que te resulta favorable ¿Cómo vas a decidir tú no seguir al frente de nuestro equipo de LF, si nadie jamás, ni por un instante, ha pensado en renovarte, pero ni a coste cero? El otro problema que tienes que solucionar es que para dignificar, como dices, el baloncesto femenino y la profesión de entrenador vas a tener que trabajar, y mucho. Noscete Ipsum que rezaba en el palacio del oráculo de Delfos o en las Confesiones de San Agustín; si no arreglas primero lo tuyo no podrás ayudar a tu loable aspiración de dignificar lo que parece que tanto te importa. Si cuando te aparecen problemas no te vas al rincón de … (ejem, ejem, que tos tengo) fumar, si no al de pensar, lo vas a tener difícil. Si no te comportas con tu entorno profesional con el respeto que merecen los colaboradores y jugadoras del equipo, lo vas a tener difícil. Yo empezaría por dignificarme yo antes. Sales de un club de cantera que, con los recursos limitados de que dispone, es el que más años ha disputado la mejor liga de Europa, la que más títulos nacionales de formación ha conseguido y que ha formado a siete medallistas olímpicas. Por último, a ver cuántas de las más de 13 jugadoras profesionales que el club ha puesto a tu disposición ha quedado satisfecha de tu trato. De los colaboradores estoy seguro que ninguno. Suerte, que falta te va a hacer».
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