Domingo de Resurrección y de milagro en Barcelona con el danés Holger Rune consiguiendo derrotar a Carlos Alcaraz (7-6 y 6-2) en una final del Barcelona Open Banc Sabadell como pocas se recuerdan por el gran nivel de juego de dos de los grandes baluartes de la generación llamada a comandar el tenis en la próxima década.
A poco más de un milímetro de la línea envió la primera bola del partido el joven tenista danés, que presentaba de buen inicio sus intenciones de dejar a Alcaraz sin su tercera corona en Barcelona. Y así fue. Cuatro años y catorce tardes gloriosas después, Rune consiguió derrotar al tenista de El Palmar en la Ciudad Condal.
Fue un inicio trepidante de partido, con demostración por ambas partes del gran talento y el gran momento en el que alcanzaban la final en una tardea más con el sol radiante sobre la Pista Rafa Nadal, donde Alcaraz se atrevió a dar el primer golpe, rompiendo el servicio de Rune, que lejos de colapsar, despertó todavía más.
Recuperó acto seguido la desventaja en el marcador y fue capaz de ir poniendo en aprietos una y otra vez desde el resto al tenista español, llegando incluso a disponer de dos pelotas de set en el décimo juego, que no pudo aprovechar ante la negación de Alcaraz de ceder el set antes del desempate final, que fue finalmente el encargado de dictaminar sentencia.
Nuevamente los intercambios, tanto de errores como de aciertos, se fueron alternando, con el danés sabiéndose recomponer de cada varapalo que Alcaraz le ponía por el camino. No pudo conseguirlo con las dos primeras, pero sí con la tercera, que caía como un jarro de agua fría para el murciano, que veía como su rival estaba intratable.
Rune había conseguido aquello que tanto siempre se le había reclamado tanto. Saber estar en las malas y aprovechar su talento en las buenas.
Tocado y hundido
Por contra, Alcaraz miraba con cara de preocupación a su banquillo, no solo porque en el marcador algo no andaba bien, sino porque su pierna derecha empezaba a darle también problemas.
Tras tres juegos del segundo set el murciano se vio obligado a pedir el fisio, que lo trató en el interior de los vestuarios ante la preocupación del público que empezaba a ver real la opción de ver volar el título rumbo a Dinamarca.
A su vuelta a la pista, no encontró las buenas sensaciones que necesitaba para reconectarse al partido. Al otro lado, Rune se creyó todavía más la opción de hacerse con el título y rompió el servicio de Alcaraz, que pese a que intentó devolverla en la siguiente, se fue apagando poco a poco.
De vuelta al tres
Los constantes fallos del murciano se fueron sucediendo ante un Rune inmenso que se hizo con el título con todo merecimiento.
Partido brillante del danés en una de las victorias más importantes de su carrera que le vale para sumar el quinto título de su carrera.
Por contra, Alcaraz cede nuevamente el número dos del ranking que recuperó hace apenas una semana en detrimento de un Zverev que se hizo con el torneo en Múnich.
Más allá de la derrota, la preocupación principal del tenista de El Palmar es la lesión en los isquios de su pierna derecha, con el Masters 1000 de Madrid a la vuelta de la esquina y el título de Roland Garros en el horizonte.