El gigante de defensa alemán Rheinmetall reveló un contrato con el gobierno alemán para la producción de municiones, destacando el incremento en los precios de los proyectiles de artillería en comparación con años anteriores.
Los días cuando un proyectil de 155 mm costaba de 1.000 a 1.500 dólares han quedado atrás. En tiempos recientes, el precio ha doblado ese monto. Rheinmetall confirmó la recepción de un contrato para producir más de 100.000 unidades de munición de 155 mm. La producción se llevará a cabo a través de Expal, firma española adquirida por Rheinmetall en noviembre de 2022 por un valor de 1.200 millones de euros.
Adicionalmente, el contrato incluye la producción de munición DM121 de alto explosivo. La producción de este tipo de munición comenzó recién en 2017 y, hasta 2022, se han producido alrededor de 62.000 unidades. Según un contrato anterior de 2019, cada DM121 tiene un costo de 3,4 mil euros para la Bundeswehr.
Estos proyectiles de artillería tienen la capacidad de impactar blancos a distancias de 36 km o 29,2 km, dependiendo del tipo de cañón utilizado. Se destaca su alta precisión, con un 85 % de acierto en distancias máximas.
Diferentes tipos de munición y su alcance
El núcleo del pedido incluye más de 100.000 proyectiles. En el pasado, el ZSU adquirió proyectiles convencionales ERO2A1 de Expal. Aunque el costo de estos proyectiles sigue siendo un misterio, se sospecha que podrían ser del tipo L15, que tienen un alcance de 24 km y son producidos en masa por Expal.
Basados en el reciente anuncio, se estima que el costo de la munición de 155 mm podría rondar entre 400 y 500 millones de euros para las 100.000 unidades, lo que se traduce en aproximadamente 4.000 euros por proyectil.
Esto representa un incremento en comparación con contratos anteriores, como uno realizado en diciembre de 2022, donde cada proyectil tenía un valor de 3.300 euros.
Tendencias de precios en la industria armamentística
Es evidente que los costos de los proyectiles de artillería han aumentado drásticamente. Se espera que esta tendencia continúe, al menos, hasta que la producción se adapte a la creciente demanda, lo que podría llevar a un ulterior incremento en los precios.