La sala preparada en el Ministerio de Presidencia para el interrogatorio de su responsable, Félix Bolaños, por el juez Juan Carlos Peinado tuvo que ser cambiada antes del comienzo de la declaración a petición del instructor, que no quiso empezar hasta que se instalara una tarima que le diera una posición de preeminencia.
El juez que investiga la actividad empresarial de Begoña Gómez, esposa del jefe del Gobierno, ha visitado este miércoles por segunda vez el complejo presidencial para indagar sobre la contratación de la asistente de Gómez, Cristina Álvarez, como personal eventual.
El pasado 30 de julio Peinado se desplazó a la Moncloa, donde estuvo unos 30 minutos en total y apenas dos ante quien era la persona citada entonces, Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno se acogió a la dispensa legal que le permite no testificar sobre su cónyuge, con lo que el instructor se marchó sin formularle una sola pregunta.
En aquel momento, Peinado introdujo cambios en la distribución de los muebles de la sala donde se iba a celebrar la diligencia judicial. Por eso, esta vez, con la citación de Bolaños, el personal de Moncloa se había ajustado a las indicaciones dadas en julio por el instructor.
Este miércoles el juez no ha puesto pegas sobre la sala. La queja ha sido otra. «Esta mesa [la suya] hay que subirla. No puede ser que yo esté más bajo que el testigo», ha dicho.
La reclamación ha sorprendido, porque cuando se encontró con Sánchez ambos estaban a igual altura y el juez no dijo nada.
En todo caso, unos operarios fueron de inmediato a buscar una de las tarimas que se emplean para eventos y la han trasladado a la sala, operación en la que han empleado unos 30 minutos.
La declaración del ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, prevista para las 10,30 horas, ha empezado, de este modo, pasadas las 11 de la mañana.
En cualquier caso, no hubiera podido comenzar a la hora señalada porque Peinado ha salido tarde de los Juzgados de Plaza de Castilla.
Tal como adelantó EL ESPAÑOL, Bolaños decidió facilitar a Peinado un vehículo del Parque Móvil del Estado (PME) después de que el juez aceptase interrogarle en Moncloa -en vez de en la sede del Ministerio de Justicia, en pleno centro de Madrid, con menores medidas de seguridad- «siempre y cuando se garantice la facilidad de acceso al vehículo judicial». Peinado sugería que se le proporcionase un coche oficial «para realizar el correspondiente traslado del Juzgado al complejo presidencial y el regreso a la sede judicial».
El juez, que en julio se quejó del tiempo que había tardado en superar el control policial de entrada al complejo, accedió este miércoles directamente por una entrada secundaria en una furgoneta Mercedes del PME con cristales tintados, acompañado del letrado de la Administración de Justicia y dos funcionarios del Juzgado.
Sin policía en el coche
El día anterior había comunicado que deseaba que el vehículo fuera ocupado únicamente por la comisión judicial, sin que junto al conductor del Parque Móvil fuese un policía que Moncloa había dispuesto como escolta.
«Carece de sentido que dicho vehículo sea ocupado por una tercera persona cuyo objetivo en el interior del citado vehículo no se alcanza a comprender«, indicó el juez en una providencia.
Moncloa había dispuesto la presencia de ese escolta porque Peinado, en el mismo escrito en el que pedía un coche oficial, se quejaba de que en julio se encontró en la entrada al complejo con «un nutrido número de personas» que aguardaba «expectante», «con el consiguiente riesgo para la integridad física de los ocupantes del vehículo» en el que iba el juez.
En todo caso, el instructor no quería compañía policial en el vehículo, e indicó que «el agente 9…, si bien podrá acompañar al conductor hasta esta sede [de los Juzgados] no podrá acompañar a esta comisión judicial en el vehículo que realizará el desplazamiento al complejo de la Moncloa y regreso a esta sede judicial, pudiendo efectuar esos desplazamientos en el vehículo que realizará la escolta de la Unidad Adscrita a estos Juzgados o en otro medio de transporte que se disponga para ese fin».
El retraso, sin embargo, no se debió a la cuestión del escolta sino a que el conductor tuvo dificultades para que se le permitiera subir al Juzgado a recoger a las 09:45 horas a Peinado, como éste había indicado.
Finalmente, la comitiva judicial traspasó la entrada a Moncloa al filo de las 10,30 horas y salió tres horas después.