En el imaginario colectivo no está presente, pero en la memoria de quienes les tocó de cerca nunca se borrará. Los familiares de los 18 muertos que dejó el atentado terrorista en el restaurante El Descanso, el cual cumple 40 años este sábado, todavía no han podido cerrar el capítulo, ya que a día de hoy todavía no se ha esclarecido.
Nunca se detuvo a nadie, por lo que nunca hubo un juicio. Lo que sí se sabe es que fue el primer atentado de corte yihadista en España y, en ese momento, el mayor que había sufrido el país. A pesar de esto, quedó opacado por los del Hipercor de 1987 en Barcelona y el 11-M de 2004 de Atocha, que le superaron en número.
Ese viernes 12 de abril de 1985, sobre las diez y media de la noche, el restaurante ubicado cerca de Torrejón de Ardoz -en la actual A-2- quedó destruido por un artefacto explosivo que dejó más de 80 heridos, aparte de las vidas que se llevó por delante.
El Descanso
Pese a esto, hoy en día el establecimiento sigue en pie. La mañana lluviosa de este viernes amaneció con unas flores adornando uno de sus muros. Un homenaje de la Comunidad de Madrid por el aniversario de este terrible acontecimiento.
«Siempre estaremos a vuestro lado y con la mano tendida para que no caiga en el olvido», ha recalcado el consejero de Presidencia, Justicia y Administración Local, Miguel Ángel García Martín.
El restaurante El Descanso actualmente con las flores puestas por la Comunidad de Madrid como homenaje por el aniversario del atentado.
El restaurante, que sigue en funcionamiento, ya no está en manos de los antiguos dueños. Ahora lo regenta un matrimonio procedente de Rumanía. Según ha podido saber este periódico, el actual propietario del inmueble prefiere no dar declaraciones.
Un artículo de El País de 1986, un año después del incidente, explica que fue reconstruido gracias a «una inversión de 60 millones de pesetas» por parte de su dueño de aquel entonces, un asturiano de mediana edad que lo había adquirido siete años antes y cuyo seguro no cubría los daños causados por un ataque terrorista.
El restaurante abrió sus puertas de nuevo un 3 de junio de ese año para volver a ofrecer «costillas y chuletas con salsa al gusto norteamericano», la que a día de hoy sigue siendo su especialidad.
Se trataba, en aquel entonces, de un sitio muy concurrido por los militares estadounidenses de la base americana del municipio madrileño de Torrejón de Ardoz. Y, de hecho, ese fue el motivo de que los autores del atentado decidieran poner una bomba ahí.
El atentado: sin juicio
Como se contó en un reportaje de este periódico de hace unos años, no hay nada claro con respecto a este hecho. Lo único que se sabe por investigaciones posteriores es que la bomba había sido colocada en la barra del restaurante, en una mochila de deporte, y que la persona que lo hizo huyó antes de la detonación.
No fue hasta más tarde que se entendió que se trataba un atentado organizado por parte de yihadistas, en una España acostumbrada a la banda terrorista ETA. Interior dio verosimilitud a que los autores del atentado habían sido miembros de un grupo difuso llamado Yihad Islámica.
María sujetando el retrato de su hermano, Fernando, una de las víctimas mortales del atentado de El Descanso.
En un comunicado en el que reivindicaron el atentado, publicado una semana después, escribieron: «El Islam está preparado. España e Italia son los primeros objetivos. El atentado en Madrid ha sido el inicio de la guerra santa islámica. Muerte a Estados Unidos».
Más tarde, una testigo también reconoció al considerado fundador de Al Qaeda en España, Mustafá Setmarian, diciendo que había sido quien había colocado el explosivo. Pero este desapareció y, finalmente, dos años después se archivó la investigación judicial por falta de pruebas.
Setmarian junto a Osama Bin Laden, fundador de Al Qaeda.
La explicación que ahora se le ha dado a la causa por la que se vieron motivados a cometer el atentado fue el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre España e Israel.
Faltaban unos días para que el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, visitara el país y quedaba un año para que España celebrara el referéndum de permanencia en la OTAN. Por esa razón, el lugar no era casual. Sin embargo, la explosión fue tarde y los americanos fueron 11 de los 82 heridos.
Exposición in memoriam
Con motivo de este aniversario, la Fundación Víctimas del Terrorismo ha organizado la exposición ‘El Descanso. 40 años del primer atentado yihadista masivo en España’. Se trata de una muestra que se puede encontrar en la sede de la Delegación del Gobierno en Madrid.
En ella se pueden encontrar, además de un pódcast con testimonios y dos audiovisuales extraídos del archivo documental de RTVE, fotografías de la Agencia Efe y otras cedidas por familiares de las víctimas habidas en aquel atentado. Es el caso de Víctor Pavón, que tenía 3 años y perdió a su madre en la explosión de las bombas, o Cristina Salado, viuda por el asesinato de su marido y también herida en el atentado.
Ambos denunciaron en el acto inaugural de la exposición el pasado martes el «abandono institucional» que, a su juicio, han sufrido «durante décadas». Un atentado, se lamentaron, «ahora rescatado del olvido tras el del 11 de marzo de 2004».