La conclusión final de una nueva investigación indica que podemos obtener suficiente material para aumentar drásticamente la presión atmosférica de Marte hasta que sea tolerable para los humanos, estrellando un cuerpo helado considerable desde el Cinturón de Kuiper hacia el Planeta Rojo. Para lograrlo, los ingenieros tendrían que diseñar un sistema de propulsión que no dependa de la gravedad.
Un artículo publicado en Universe Today explora distintas estrategias propuestas para terraformar Marte, convirtiendo al Planeta Rojo en un espacio amigable para la vida humana. El texto se centra en el trabajo del Dr. Leszek Czechowski, de la Academia Polaca de Ciencias, que analiza fuentes potenciales de materiales necesarios para transformar la atmósfera marciana en una más parecida a la terrestre.
Buscando los cuerpos ideales para estrellar contra Marte
Una de las principales preocupaciones es cómo y dónde obtener suficiente agua y nitrógeno para construir una atmósfera respirable, o al menos tolerable para los humanos. En un estudio presentado en la 56th Lunar and Planetary Science Conference, Czechowski considera diversas opciones.
En primer lugar, analiza el uso de asteroides provenientes del cinturón principal, que se encuentra relativamente cerca de Marte. Sin embargo, concluye que estos cuerpos carecen de los elementos esenciales, como agua y nitrógeno, en cantidades suficientes para tener un impacto atmosférico significativo.
Posteriormente, explora la posibilidad de extraer estos materiales de la Nube de Oort, una región lejana del Sistema Solar que contiene miles de millones de cuerpos helados. Aunque la Nube de Oort cuenta con más que suficiente material para abastecer la atmósfera marciana, la distancia representa un desafío monumental. Según los cálculos del Dr. Czechowski, tomaría aproximadamente 15.000 años traer uno de estos cuerpos a una órbita lo suficientemente cercana como para impactar Marte y liberar su contenido.
Teniendo en cuenta esto, el Cinturón de Kuiper aparece como una opción más viable. Este cinturón contiene muchos objetos ricos en agua que podrían trasladarse hacia Marte en un plazo de décadas, no milenios. La idea es dirigir estos cuerpos helados hacia Marte para que impacten con el planeta, liberando sus componentes y al mismo tiempo generando energía térmica que podría ayudar a calentar el ambiente marciano.
Propropulsión sin gravedad
Sin embargo, estos cuerpos presentan un riesgo: al acercarse al Sol, su estructura puede volverse inestable, algo que podría provocar que se fragmenten antes de llegar a su destino, desperdiciando parte del material en el Sistema Solar interior. A pesar de estos desafíos, la conclusión del Dr. Czechowski es optimista en términos teóricos.
El científico sostiene que sería posible incrementar considerablemente la presión atmosférica de Marte mediante este tipo de impactos, haciendo que el planeta sea más habitable o, al menos, menos letal para los humanos en exposición directa. A pesar de esto, reconoce que llevar a cabo esta hazaña requeriría tecnología altamente avanzada.
En concreto, sugiere que se necesitaría un sistema de propulsión independiente de la gravedad, posiblemente alimentado por un reactor de fusión que impulsaría un motor de iones. Sin embargo, el especialista no entra en detalles técnicos sobre cómo funcionaría este sistema.
En definitiva, aunque la terraformación de Marte sigue siendo una meta lejana desde el punto de vista tecnológico, la imaginación y el entusiasmo por un Marte habitable continúan alimentando investigaciones, incluso si eso implica bombardear el planeta con gigantescos bloques de hielo provenientes del espacio profundo.