Esta orca, este mamífero que reside en Loro Parque, dio a luz a una nueva vida en la Embajada Animal tras un largo proceso de adaptación, después de ser rescatada de una muerte segura.
La historia de Morgan es un ejemplo de la función que desarrollan los zoológicos modernos como centros de rescate y rehabilitación para aquellos animales en situación de vulnerabilidad.
Su trayectoria comienza hace casi 15 años, cuando pasó de estar al borde de la muerte a ser madre e integrarse a la perfección con el resto de la familia de orcas que vive en Loro Parque, superando numerosos obstáculos, entre otros su sordera.
El caso de esta joven orca es un relato extraordinario que comienza a más de 300 km de nuestro Archipiélago, más concretamente en las costas del mar de Wadden, en los Países Bajos.
El 24 de junio de 2010, el servicio de la guardia costera holandesa localizó un ejemplar juvenil de orca con un peso de 430 kilos, casi 200 kilos menos en comparación a un ejemplar sano de sus mismas dimensiones.
El gobierno holandés solicitó ayuda al centro de rescate de Harderwijk. Allí, la orca tuvo una notable recuperación, llegando a alcanzar más de 690 kilos.
Morgan en Loro Parque . / Loro Parque.
Durante el período de tres meses en los que permaneció en el centro, un grupo de científicos internacionales que reunía a algunos de los mayores expertos en orcas del mundo declaró unánimemente que la reintroducción de Morgan en el medio natural era completamente inviable. En ese escenario quedaban dos opciones: que viviera bajo cuidado humano o la eutanasia.
Es en ese momento cuando aparece la opción de Loro Parque, una institución de reconocido prestigio internacional, como su posible destino. Por ello, a finales de mayo de 2011, técnicos del delfinario de Harderwijk visitaron las instalaciones de la Embajada Animal de Loro Parque y las identificaron como un lugar idóneo para que Morgan pudiera integrarse en un grupo social de orcas, con un grado de manejo y cuidado óptimo para un ejemplar de esta especie, y con unos objetivos de educación y sensibilización en línea con los que establece el Departamento de Biodiversidad del gobierno holandés, por cierto extremadamente rigurosos y conservacionistas.
La ciencia, del lado de Loro Parque
Tras un largo periodo de procesos legales y litigios promovidos por organizaciones activistas que querían abandonar a Morgan en el océano abierto y condenarla a una muerte segura, esta joven orca llegó a Loro Parque. Desde 2011, Morgan reside en las instalaciones del zoológico, donde su proceso de integración con el resto del grupo ha sido un éxito.
Además, desde ese mismo instante, el nuevo miembro de la familia de Loro Parque empezó a actuar como una embajadora de sus congéneres en la naturaleza, participando en estudios científicos para obtener conocimientos valiosos sobre esta especie. De hecho, un grupo de científicos internacionales, especialistas en audiometría de cetáceos, midió su capacidad auditiva y comprobó que Morgan padecía una deficiencia acústica severa. Esto supuso un gran desafío para los cuidadores de Loro Parque, que tuvieron que diseñar un innovador sistema basado en señales lumínicas de comunicación mutua.
Al ser sorda, tuvimos que crear un sistema de comunicación desde cero específico para ella
“Tuvimos que cambiar casi por completo el sistema de comunicación que teníamos con las otras orcas, ya que no nos servía la señal acústica empleada para comunicarnos con el resto de orcas, por lo que tuvimos que usar otras de tipo gestual con las manos al comienzo y, ya posteriormente, diseñar desde cero un sistema de señales lumínicas”, explica Miguel Díaz, el entrenador jefe de orcas de Loro Parque, que estuvo presente desde su llegada en todos los pormenores de su integración y sus necesidades de todo tipo.
Ahora, 14 años después de su hospedaje entre nosotros, Loro Parque festeja su salud, su compañía y la feliz noticia de que esta semana Morgan dio a luz a una nueva vida, con la que está estableciendo un fuerte vínculo maternal. Los visitantes de Loro Parque pueden disfrutar de este magnífico espectáculo de la naturaleza y ver la impresionante conexión de Morgan con su nuevo bebé.
Sin duda se trata de una maravillosa oportunidad para contemplar cómo la vida se abre paso, en este rincón de Tenerife donde la vida animal y natural tiene su refugio y se garantiza su supervivencia y defensa con los cuidados científicos y veterinarios, pero también, y hay que decirlo porque es nuestra seña de identidad, con todo el cariño del personal y la familia del Loro Parque.