En plena escalada de la guerra comercial del presidente estadounidense, Donald Trump, crear nuevas alianzas con otros países es crucial para salvar la economía. Esta es la razón por la que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, iniciará este 8 abril una gira por Vietnam y China: diversificar mercados para compensar las posibles pérdidas ocasionadas por los aranceles de Estados Unidos. Sin embargo, el estrechamiento de la relación entre España y China viene de lejos. Será el tercer encuentro entre Sánchez y su homólogo chino, Xi Jinping, desde marzo de 2023. Fruto de estos encuentros y del contexto actual geopolítico, las empresas chinas anunciaron una inversión cercana a los 11.000 millones de euros en territorio español tan solo en 2024, el doble que el acumulado de los ocho años anteriores, según la recopilación realizada por ‘activos’. Y si las previsiones se cumplen, la cifra seguirá en aumento, porque España es para estas empresas el lugar con los menores costes, entre ellos de mano de obra, con las mejores infraestructuras del continente y con la economía que más crece de la región, todas ellas razones por las que China ha preferido a este país frente a otros europeos.
En esta lista no exhaustiva hay nombres conocidos, como Chery Auto en el ámbito de la automoción o China Three Gorges Renewables en el de las energías renovables, pero también aparecen firmas como Midea, especializada en electrodomésticos, o Worg Pharmaceuticals, del sector sanitario. Las inversiones van desde una mina de potasio entre Navarra y Zaragoza (Yankuang Energy Group, Beijing Energy International Holding y Singapore Taizhong Global Development), hasta una planta en Montalbo, Cuenca, para fabricar piezas de coches (Kingfa Environmental Sci&Tech) pasando por la adquisición de las antiguas naves de Airbus en Puerto Real, en Cádiz (Zhensi). La recopilación de nombres corresponde meramente a anuncios recogidos de distintas organizaciones que atraen inversiones a las distintas comunidades autónomas españolas y a las noticias publicadas en medios de comunicación, puesto que no existe información oficial sobre las operaciones de empresas chinas aprobadas por el Gobierno. Preguntado al respecto, el Ministerio de Economía, Comercio y Empresa argumenta que «se deniega la solicitud de acceso a la información dado que se trata de información clasificada«.
Lo que sí queda claro es el aumento progresivo del interés de compañías chinas por comprar empresas españolas, entrar en su accionariado o construir una planta de producción que centralice sus operaciones en Europa desde España. Desde 2017, según los datos recopilados, la inversión anunciada por empresas chinas en España asciende a 12.778 millones de euros. Y el ritmo no parece que se vaya a frenar: «La comunidad china mira con mucha atención las inversiones anunciadas hasta la fecha y se están analizando nuevas oportunidades en diferentes sectores», confirma el presidente de la Fundación Consejo España-China y presidente de Mondragón Internacional, Oskar Goitia.
China apenas invirtió en España 131 millones de euros en 2023, con una concentración en la Comunidad de Madrid, en Asturias y en Cataluña, mientras que al revés la cifra se situó en los 91 millones, según las últimas estadísticas de la Secretaría de Estado de Comercio Exterior. China fue el cuarto socio comercial para España en 2024, su segundo proveedor de bienes y el duodécimo cliente para sus exportaciones, donde prevalece el equipo de oficina, otros bienes de equipo, textiles y confección y productos químicos.
Del pequeño comercio a gigafactorías
No es ningún secreto que la inversión china en España surgió hace décadas mediante el pequeño comercio de familias que emigraban en busca de mejores oportunidades. Los primeros restaurantes y tiendas iniciaron su andadura en el país a través de préstamos procedentes de la familia o de sus antiguos vecinos.
Estos movimientos se enmarcan en una estrategia de China a largo plazo de posicionamiento en el mundo: primero se hicieron con las minas de África y Latinoamérica para hacerse con el control de los recursos, muchas veces a través de empresas pantalla, y después quisieron fabricar el producto final. «China quería ser una potencia tecnológica en 2025 y las propias empresas chinas querían estar presentes en el mundo», relata el catedrático de Economía de la Universitat Ramón Llull y profesor de Esade Francisco Javier Mena.
Así es como empiezan a llegar a España, un país «favorable para la creación de empleo y de valor» donde empezó a invertir a partir de salvar empresas en riesgo de quiebra. Es el caso de la constructora Aldesa, que fue adquirida por la estatal China Railway Construction en 2019. Pero hay más. Las reticencias de la Unión Europea en los últimos años por competencia desleal, que en el caso de la automoción dio lugar a la imposición de aranceles por parte de la Comisión Europea al coche eléctrico importado desde China, impulsó al país a buscar lugares para fabricar en Europa con el fin de evadir las tasas. Y pese a que Europa del Este, con Hungría a la cabeza, era una opción interesante, España ofrece más ventajas.
Mano de obra, automoción y energías renovables
Más allá de ser un puente hacia Latinoamérica con su historia compartida, ¿por qué España frente a otros de la región? Una de las razones es el talento. «Tenemos mano de obra barata, más que en Alemania, con inmigración, buenos ingenieros y nivel tecnológico», resume el profesor emérito del Departamento de Iniciativa Emprendedora del IESE y fundador y presidente honorario de CEIBS, la escuela de dirección de empresas en Asia, Pedro Nueno.
Es el caso del acuerdo de colaboración del gigante Lilith con el estudio local XRON para desarrollar videojuegos prémium para ordenadores y otras plataformas desde Barcelona y a partir de 2024. Respecto a su interés por el sector español, el CEO y cofundador de XRON, Carles Shui, expone que «más que un atractivo de un país, considero que radica en las oportunidades que puedan ofrecer compañías individualmente más que en la situación territorial en sí». En España existe un ecosistema de startups sólido en el ámbito del desarrollo de videojuegos, con una industria creativa en auge, «y este entorno facilita que nuevos emprendedores se animen a apostar por sus ideas y que cuentes con los recursos necesarios para hacerlas realidad».
Las energías renovables son otro ámbito donde España despunta, y China lo sabe desde hace tiempo. «Existe un especial interés en la internacionalización de compañías chinas en este sector, tanto públicas como privadas, debido a que el mercado interno está ya bastante saturado», explica el director de Economía y Empresa de Casa Asia, Amadeo Jensana. Y es que España es el segundo país europeo que más energía eléctrica genera a través de fuentes eólicas y solares, en gran parte debido a sus condiciones geográficas.
China Three Gorges Renewables aterrizó en la Península Ibérica con la toma del 21,35% de EDP en 2011 en Portugal, y por evolución natural, cruzaron la frontera. «España ha sido desde 2010 hasta finales de 2024 el mercado más activo, con mayor liquidez, volumen de actividad y calidad de los activos», argumenta el CEO en Europa de la firma china, Ignacio Herrero. Para China Three Gorges Renewables, el país «tiene una posición privilegiada para liderar la energía renovable» por el personal técnico y los precios más bajos.
Por último, la automoción es el gran interés de las marcas chinas, en especial de aquellas enfocadas al vehículo eléctrico. CATL creó una joint venture en 2024 con Stellantis para invertir 4.100 millones de euros en la construcción de una planta europea de baterías de litio hierro fosfato (LFP) en Zaragoza. «Aragón y Stellantis tenían varios factores a su favor: disponibilidad de suelo industrial, posibilidad de renovables y ubicación junto a nuestra factoría», afirman desde planta de Stellantis Zaragoza, en Figueruelas.
Y el grupo Chery Auto prometió 400 millones de euros para producir 150.000 vehículos en 2029 junto a Ebro en la antigua planta de Nissan Barcelona. «La ubicación geográfica estratégica de España es ideal para la recepción y distribución de nuestros vehículos», reconoce el deputy country manager Omoda & Jaecoo España, Eric Liu, ambas marcas comercializadas por Chery Auto. El grupo utiliza actualmente el puerto de Barcelona para su cartera de productos y piezas y próximamente incorporarán el puerto de Málaga para ampliar su capacidad logística.