Al Real Madrid le conviene, para su modelo de negocio, que el Barça sea un equipo fuerte. Una relación de intereses que bebe de varias fuentes. Por un lado, la necesidad de un contrario fuerte en el campo con el que estimular la competitividad. Por otro, el impulso de las ideas que comunes como la Superliga, un barco en el que solo se han quedado, como tripulación principal, Florentino Pérez y Joan Laporta. De ahí que en los despachos blancos se opta por el silencio y apoyo de soslayo a su rival, pero aliado, en el tema del fair play financiero del caso Dani Olmo y los palcos VIP.
Los conciertos cambiaron el paso del Bernabéu
Estos últimos rincones, exclusivos, y una fuente de enriquicimiento para los clubes, tanto dentro como fuera del día de partido, se han convertido en una obsesión para el Real Madrid. El club blanco sufrió un duro varapalo cuando tuvo que acatar la decisión de «reprogramar de manera provisional» todos los conciertos previstos desde el pasado octubre hasta, como mínimo, marzo de 2025. El motivo fue el incumplimiento de la normativa municipal de Madrid en materia de ruidos y una problemática con las licencias apuntada directamente desde los vecinos del alrededor del campo.
El nuevo Bernabéu, en el que se han invertido más de 1.200 millones de euros que han condicionado incluso la planificación deportiva, tiene una concepción de lugar de eventos integral. Le favorece una situación privilegiada, incrustado en el centro de Madrid, a lo que se suma el poder de su marca. La idea era que el feudo nunca estuviera parado. De ahí la idea del hipogeo, para guardar el césped en los días de concierto o eventos, además del techo retráctil que permite la celebración de cualquier acontecimiento sin importar la climatología. Los elementos de acción estaban claros, pero el freno a un calendario que había diseñado minuciosamente con sus socios para esta entente.
Cabe recordar que el Real Madrid firmaba en mayo del año pasado un acuerdo con Sixth Street, firma de inversión, y Legends, compañía especializada en gestión de estadios, para ceder la organización de grandes acontecimientos en el Bernabéu por un periodo de 20 años y por una cantidad que rondaba los 360 millones de euros. En el fondo, la estrategia de las palancas aplicada por Laporta se reedita en la mayoría de los equipos, convertidos en sociedades mercantiles que invierten y ganan con sus activos, aunque lo hacen desde posiciones económicas diferentes.
Nuevo palco VIP con inspiración japonesa
La cancelación de los conciertos ha provocado una reconfiguración de la hoja de ruta inicial, a la vez que ha generado un daño reputacional con el que no contaba el Real Madrid. Tiene margen para repararlo, pero los anuncios de artistas como Lola Indigo o Aitana con los que cancelaban sus actuaciones, han inquietado a sus socios. A esto hay que sumarle el traslado de algunas actuaciones importantes al Metropolitano. El gran efecto de compensación lo ha conseguido el partido de la NFL, pionero en territorio estatal, y un abanico de palcos VIP desde los que la entidad que preside Florentino Pérez está equilibrando los problemas generados por la programación.
Aspecto del KŌ by 99 Sushi Bar, nuevo espacio VIP creado en el Bernabéu. / REAL MADRID
El estadio blanco acaba de estrenar KŌ by 99 Sushi Bar, una izakaya -restaurente tradicional japonés- moderna de 600 metros cuadrados, con un aforo para 100 comensales. Además de la sala y la terraza, tiene diferentes VIP rooms pensados para los clientes que requieran mayor privacidad. En los días de partido, como el que hoy se celebra contra el Valencia (16.15), el Real Madrid juega con lo que denomina servicios del Área VIP-Corprate Hospitality. Así, por ejemplo, para el partido de Champions frente al Arsenal, los precios para estar en esta zona exclusiva oscilan desde los 790 a los 2.300 euros.
Este espacio explica a la perfección cómo es el modelo de negocio que se busca para el Bernabéu. En días de partido, el retaurante permanece cerrado para los clientes exclusivos, que pueden optar entre varias fórmulas. Desde el alquiler o acceso al palco hasta las butacas premium. Esta estrategia busca un retorno y además contribuye a la sensación de espacio exclusivo y 360, una concepción de la que también formará parte el plan de conciertos cuando pueda reanudarse. Esta percepción ya no solo es vital para los balances económicos, también es importante para situaciones clave como que el Bernabéu sea sede de la final del Mundial 2030.
La lucha por acoger la final del Mundial 2030
El favoritismo del feudo blanco siempre ha estado ahí, pero los problemas internos en la candidatura por el proceso de desginación de sedes que ha afectado a Vigo ha puesto en alerta a la FIFA. Mientras, del otro lado de los anfitriones, en Marruecos, se aprieta con el Grand Stade Hassan II de Casablanca, de 115.000 espectadores, a la vez que se pone en valor la «seguridad jurídica», un parámetro en el que el país africano sacó mejor nota que la parte europea de la candidatura. En este escenario de incertidumbre, el Bernabéu quiere auparse como espacio total y, para eso, de nuevo, son más importantes que nada los palcos VIP, donde se genera el verdadero negocio.
Pero incluso en un camino que parecía despejado para el Real Madrid, tampoco lo ha tenido fácil. El ejemplo es el Sky Bar, el gran proyecto de hospitality del Bernabéu, que está cerrado desde 2023 por diversos problemas. Esto supuso otro golpe a la planificación que el club ha sorteado con la apertura paulatina de diferentes espacios como Plaza Mahou, una fábrica de cerveza dentro de un estadio que todavía está lejos de aprovechar todo el potencial que motivó una reforma ambiciosa que llegó a condicionar el resto de ámbitos del club.