«El gol de Hugo Duro fue mucho más que un gol. Sabemos perfectamente cómo estaba Paiporta. De hecho, aún queda mucho por hacer. Toda la gente reunida en la peña había sufrido en primera línea, en primera persona, la riada. Por activa o por pasiva, cualquiera en el pueblo está afectado por esta catástrofe… Y el grito del gol no se me va a olvidar nunca. Me salí a la calle y la histeria colectiva retumbaba. En fin, un día después se me sigue poniendo la piel de gallina», relata José Ponce. Para el coleccionista de camisetas del Valencia CF, uno de los invitados a la reinauguración de la sede de la peña gastrovalencianista de Paiporta, la victoria del equipo en el Santiago Bernabéu generó una «liberación de energía contenida, algo que trasciende el mero hecho del fútbol».
Cinco largos meses después de la tragedia, el destino quiso que el día de «la vuelta a casa» para la peña situada en la zona cero de las inundaciones coincidiera con el anhelado triunfo del Valencia lejos de Mestalla. Desde aquel fatídico martes de 29 de octubre hasta el presente, los peñistas habían tenido que dedicar cada fin de semana a la reconstrucción del local. Una vez atendidas las necesidades personales de familiares, amigos y vecinos en las horas y días posteriores a la dana, el presidente y varios de los peñistas pudieron acercarse a la sede, donde las marcas de agua rozaban los dos metros de altura y los desperfectos dejaron inhabitable el hogar gastrovalencianista.
La calle San Roque, en la que se ubica la peña, es una de las principales arterias del casco antiguo de Paiporta. Allí se sintió sin paliativos todo el daño que se gestó una combinación letal: la brutalidad de la riada y la incompetencia de los políticos que mandaron la alerta a los teléfonos móviles cuando muchas personas se había ya ahogado. En los días siguientes, seis cuerpos fueron hallados en esta misma vía. «No hay prácticamente nadie en Paiporta que pueda levantar la mano diciendo que se ha salvado del todo de este drama. Afortunadamente, los miembros de la peña somos relativamente jóvenes y pudimos escapar de la inundación. Pero todos conocemos historias de amigos, vecinos… A mí, por ejemplo, me entró hasta 2,80 m. de agua en la planta baja», explica Abdón Mesado, presidente de la asociación valencianista, quien se congratula de que tanto en la parte baja de su casa como en la sede de la calle San Roque los trabajos de rehabilitación hayan llegado ya a la última fase.
Foto de familia en la peña gastrovalenicanista de Paiporta, a las puertas del local situado en la calle San Roque. / Edu Ripoll
El pasado sábado fue un día de reapertura y celebración. A las once de la mañana el casal abrió las puertas y, poco a poco, se llenó de color valencianista, siempre al grito de «Peter, vete ya». Más tarde, llegó el tiempo de los platos grandes. De primero, paella; y de segundo, la dulce victoria sobre el Real Madrid en el Santiago Bernabéu 17 años después de que lo consiguieran Silva, Villa, Mata, Albiol, Morientes… y Arizmendi. Más de 60 valencianistas, entre adultos y niños, disfrutaron de una fiesta tan preciosa como inesperada. «Fue una verdadera pasada. Nosotros estamos acostumbrados a liarla, pero lo del sábado, después de todo lo que hemos vivido, no tiene ningún punto de comparación. Era la vuelta a casa», resume Abdón, que pone en valor como han rehecho el local y recuerda que «no hace tanto» que hemos vuelto a disfrutar de internet y una televisión.
Abdón indica que, más allá de una ayuda de 600 euros, apenas han recibido «nada más». «Las ayudas han sido muy pocas. No nos vamos a comparar con las familias que más lo han necesitado, por supuesto que no, pero en relación con otras asociaciones más populares o más grandes, las pequeñas, de menos repercusión, entre ellas, no solo nosotros, sino otras de amas de casa, personas diversidad funcional… no se han volcado igual». En la reconstrucción de buena parte de la sede, que ha costado alrededor de 4000 euros, «ha sido fundamental la ayuda desinteresada de la gente, quienes han venido a hacer los diferentes arreglos y trabajos».

La Peñas Gastrovalencianista tras el paso de la DANA por Paiporta / SD
Para los presentes en lo que fue un sábado «inolvidable», lo más emotivo estuvo en «la celebración de los más pequeños del gol de Hugo Duro». «Por primera vez, los niños y niños vieron ganar a su equipo en el campo del Madrid. Eso es una alegría que nos merecíamos, y ellos todavía más que nosotros», dice Abdón. Uno de los propósitos de la peña es la transmisión de los valores valencianistas de generación en generación. Una misión para la que José Ponce se convirtió en la persona indicada. En Navidad, junto a Manuel Botubot, repartió 50 balones para los miembros más pequeños de la peña. Este sábado entregó para colgarlas camisetas de las temporadas 2000/01 y 2001/02 pertenecientes a los futbolistas Luis Milla y Miroslav Djukic.

La sede de la Peña Gastrovalencianista de Paiporta en la reapertura / Edu Ripoll