La empresa, que logró en 2023 unos ingresos récord de 1.305 millones de euros -un 25% más que en 2022- y emplea a casi 6.000 trabajadores en España y otros países, es propiedad del fondo estadounidense Bain Capital, pero cuenta con participación nacional a través de Indra . La compañía española, controlada por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que aspira a seguir creciendo como el gran referente nacional en tecnología y defensa, tiene en su cartera el 9,5% de la firma vizcaína. La presencia pública se completa, además, con el 6% que atesora el Gobierno Vasco a través de su fondo de inversión.
Aernnova , que al igual que ITP Aero encuadra su actividad en el campo de la aeronáutica , obtiene también la mayor parte de sus ingresos de sus proyectos civiles, pero destaca a la vez por su aportación en el sector de la defensa. Esta empresa con sede en Vitoria, que facturó 875 millones en 2023, un 18,2% más que en 2022, fabrica componentes para el Eurofighter y para aviones de transporte de Airbus o helicóperos. Dispone de centros de trabajo en diferentes partes del mundo y cuenta con una plantilla de casi 6.000 personas.
El helicoptero Tiger de Airbus, para el que Aernnova fabrica el fuselaje trasero y componentes del estabilizador horizontal. / Airbus
En el panorama de la industria vasca destaca también Sener, un grupo especializado en ingeniería y tecnología con sede en Getxo (Vizcaya), que también opera tanto en el campo de la defensa y la seguridad como en el civil. Esta firma, que diseñó el sistema de césped retráctil del estadio Santiago Bernabéu, desarrolla tecnologías avanzadas en el sector, como satélites y sistemas de guiado de misiles , además de programas comunicaciones o de navegación autónoma. Su volumen de negocio en 2023 fue de 529 millones y tiene en plantilla a cerca de 4.000 trabajadores en una veintena de países.
Otra de las empresas emblemáticas del sector en el País Vasco es Sapa. Desde su nombre, Sociedad Anónima Placencia de las Armas , esta firma que ahora tiene su sede en Andoain, también en Guipúzcoa, exhibe una dilatada trayectoria que ha ido adaptándose con el paso de los años a las nuevas necesidades. Hoy se focaliza en la fabricación de sistemas de transmisión para vehículos blindados y ha participado proyecto del Dragón 8X8 para el Ejército de Tierra. Sapa, que en 2023 facturó 54,5 millones de euros, un 16% más respecto al año anterior, cuenta además con una importante participación en Indra , que el año pasado alcanzó el 7,94%.
Pero en la constelación de ese sector también hay que tener en cuenta a actores emergentes como Satlantis , una joven compañía que desarrolla satélites de observación terrestre con aplicaciones en el campo de la defensa. Esta empresa vizcaína anunció hace sólo unos días un beneficio neto de 5,3 millones de euros en 2024, casi el triple que el ejercicio anterior, y una facturación de 26,3 millones de euros, un 48% más, lo que le permitió reivindicarse en un comunicado como «la nueva empresa espacial más rentable del mundo «.
Ahora, con los vientos de cola que llegan de Europa, esta industria, envuelta muchas veces en un manto de discreción, parece llamada a erigirse en protagonista del cambio de escenario del proyecto europeo para situarse, a la vez, a la vanguardia del desarrollo económico e industrial .