Jesús J. G., alias Suso, el sospechoso de haber acabado con la vida de una niña de 5 años de edad, Nadia, hija de su ex, en una casa de la pedanía murciana de Llano de Brujas, será puesto a disposición judicial de un Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Murcia este jueves, día del 48 cumpleaños del sujeto. De ahí será llevado, previsiblemente, al penal de Sangonera, donde ingresan los reos en régimen de prisión provisional.
El individuo fue arrestado horas después del crimen, en la vecina provincia de Alicante, en concreto en la localidad de Torrevieja, hacia donde había escapado en coche después de llamar a su madre y a su expareja, Ramona. El cadáver lo descubrieron los padres del sospechoso, que también viven en el piso donde se cometieron los hechos.
Dentro de su coche
Suso fue localizado por una patrulla de la Guardia Civil de Torrevieja que, como el resto de efectivos de la zona, había recibido el aviso de las características del coche en el que había escapado el sospechoso. El vehículo estaba parado en el entorno de la Playa de los Náufragos. Los agentes se aproximaron, al detectar que era el automóvil que estaban buscando, y en el interior del turismo encontraron al individuo.
El crimen de Llano de Brujas sería un nuevo caso de violencia vicaria en el que el sujeto tuvo como fin hacerle daño a la que había sido su compañera sentimental. De confirmarse, sería el primer menor asesinado de este año. El año pasado nueve menores fueron asesinados por este motivo y 62 desde 2013, cuando se empezaron a recabar datos.
«Para hacerle daño a ella, se ha cargado a la cría»
«Se había ahogado con su propio vómito. No pudimos hacer nada”, contaba este miércoles, destrozada, Ramona, la madre adoptiva de la menor, sentada en una silla en su pueblo, Patiño, en la puerta de la casa de Amalia, una allegada. Ramona fumaba entre lágrimas y apretaba contra el pecho una foto de la pequeña Nadia.
Ramona llora, arropada por sus familiares y sosteniendo una foto de la pequeña Nadia, este miércoles en la Glorieta de Murcia. / Israel Sánchez
“Hoy (por este martes) hace 14 años mi madre que se murió”, decía a La Opinión. “Ya no voy a ver más a mi negrica”, se lamentaba, rota. “Ayer me decía que le hiciese hamburguesicas para comer”, rememoraba Ramona, que recibía besos y abrazos de sus familiares. Los cuales manifestaron su indignación y rabia por lo sucedido.
«La niña ya está en el cielo»
«Si lo llego a coger yo, me lo como vivo», remarcaba una mujer, que tachaba de «cobarde» a Suso. «Queremos justicia para esta cría», incidían. Minutos después, Ramona, junto a una decena de allegados, se desplazó a la Glorieta para estar presente en el minuto de silencio que en memoria de Nadia, de quien tenía la custodia y a quien había criado, iba a tener lugar en el exterior del Consistorio capitalino.
La mujer explicó después que Jesús, tras cometer el crimen, la llamó por teléfono y le dijo: “La niña ya está en el cielo”. Antes, la amenaza había sido una constante, aseguró, especialmente después de terminar la relación. «Me mandaba mensajes de que me iba a matar, que me iba a quemar”, subrayaba Ramona.
En las puertas del Ayuntamiento de Murcia se encontraba también Isabel, prima de Ramona y madre biológica de la pequeña Nadia. “¡Aquí está la madre, que la madre no está desaparecida! Me llamo Isabel: de la cárcel se sale, pero de la caja no. Quiero justicia”, gritó la progenitora biológica de Nadia.
Los allegados de Ramona e Isabel comentaban en la Glorieta que Jesús “para hacerle daño a ella, se ha cargado a la cría”, y que “la niña lo llamaba papá”. “¡Ese no tiene nada de loco, ese es un sinvergüenza! Se ha arrimado a la criatura, a la más débil, ¡que le has quitado la vida a mi prima, nos has quitado la vida a todas! Que no lo refugien en las cárceles, anoche estaba drogándose en Torrevieja, de heroína”, chillaba Paqui, pariente de la familia. «Por favor, a todos los jueces y fiscales, condena irreversible, que no vea más la luz de la calle, nos ha quitado la vida», se desgañitaba Paqui.