El Gobierno israelí afianza el control del poder ejecutivo sobre el judicial. Este jueves por la mañana el gabinete del primer ministro, Binyamín Netanyahu, ha conseguido aprobar en la Knesset, el Parlamento, la piedra angular de la controvertida reforma judicial que dividió a Israel antes del 7 de octubre. Por primera vez en la historia, el proceso de elección de los jueces israelíes está bajo el control de políticos. La medida supone un gran golpe al proceso democrático que rige el país.
Gracias a esta nueva ley, se reducirá el poder del Tribunal Supremo, y se eliminará el papel del Colegio de Abogados de Israel. Esta legislación cambia la composición del Comité de Nombramientos Judiciales y coloca el panel bajo el control de los parlamentarios de la Knesset, donde Netanyahu ahora mismo cuenta con mayoría. Pese a que no entrará en vigor hasta después de las elecciones generales, previstas para el 2026, el ministro de Justicia, Yariv Levin, ya ha expresado su intención de continuar impidiendo que el comité nombre nuevos jueces.
«Erradicación de todo un sistema»
Las consecuencias de esta decisión pronto se empezarán a notar, ya que, en breve, Israel contará con sólo 11 jueces en el Supremo, cuando, hasta ahora, solían ser 15. Esta situación de parálisis sin precedentes tendrá implicaciones más amplias para el poder judicial. Tras su aprobación, se han presentado varias peticiones al Tribunal Superior de Justicia en su contra. «No es una enmienda, sino la erradicación de todo un sistema», ha denunciado la diputada Karine Elharrar, del partido Yesh Atid, líder de la oposición, en una de ellas. «Los jueces deben ser nombrados según criterios profesionales, no puramente políticos; deben servir al público, no al régimen, y actuar conforme al Estado de derecho, no según la voluntad del Gobierno», ha añadido.
«Es un paso importante para restablecer el equilibrio entre los diferentes poderes y poner el poder de decisión nuevamente en manos del público israelí», ha defendido el diputado Simcha Rothman, uno de los principales arquitectos del golpe judicial que motivó a decenas de miles de personas a salir a la calle cada semana para protestar en su contra. «Hemos hecho historia», ha celebrado Levin, quien inició la reforma judicial a principios de 2023. «Tras décadas de veto del sistema judicial a muchos sectores de la ciudadanía, se ha reestructurado la composición del Comité de Nombramientos», ha aplaudido.
Fin de la tregua
Por su parte, la oposición al Ejecutivo ha prometido que anularán la ley «en el próximo gobierno». Esta legislación se ha aprobado «mientras 59 rehenes siguen retenidos en Gaza», han denunciado. «En lugar de concentrar todos los esfuerzos en devolverlos y reparar las divisiones internas, este Gobierno ha regresado a la misma legislatura que fragmentó el país antes del 7 de octubre», han criticado los líderes opositores de la Knesset. Durante meses, la reforma judicial de Netanyahu lanzó a las calles a cientos de miles de personas que predecían los riesgos para la democracia de este proyecto.
La masacre perpetrada por Hamás el 7 de octubre de 2023 unió de nuevo a la población israelí. Durante unos meses, dejó de lado sus diferencias para acompañarse en el duelo por las casi 1.200 personas asesinadas y presionar unida para la liberación de los 250 rehenes que el grupo palestino secuestró y llevó hasta Gaza. La semana pasada, a apenas unos días de la votación para los presupuestos que podía hacer caer su gobierno, Netanyahu decidió retomar la violencia contra Gaza, dinamitando la tregua de dos meses que permitía el intercambio de rehenes israelíes por presos palestinos. Con el retorno a la guerra, consiguió también el retorno de sus socios ultraderechistas, claves para que no colapsara su gabinete.
Presupuestos aprobados
Finalmente, Netanyahu ha logrado aprobar los presupuestos y garantizar su llegada al final de su mandato. Pero las crisis internas no dejan de salpicarle. La fiscal general de Israel, Gali Baharav-Miara, ha aprobado este miércoles una investigación policial sobre tres miembros de extrema derecha de la Knesset que irrumpieron en una base del Ejército israelí el año pasado. Los diputados Tzvi Succot y Nissim Vaturi y el ministro de Patrimonio, Avichay Eliyahu, allanaron la base de Sde Teiman el pasado julio para protestar por la detención de 11 soldados sospechosos de abusar gravemente de un detenido palestino.
Además, Baharav-Miara también ha bloqueado la destitución del líder de la agencia de seguridad interna Shin Bet, Ronen Bar, mientras se estudia su legalidad. Netanyahu alega motivos de desconfianza, pero muchos apuntan a que su despido viene motivado por las investigaciones abiertas a miembros de su Gobierno por supuestos pagos de Qatar. Los aliados del primer ministro le presionan para que también destituya a la fiscal general. Todas estas medidas de la coalición gobernante, que buscan ampliar su control sobre otras ramas del Ejecutivo, han desatado protestas masivas en todo el país.
Mientras, la guerra contra Gaza continúa. En las últimas 24 horas, al menos 25 personas han muerto y 82 han resultado heridas por los bombardeos israelíes, según el Ministerio de Salud del enclave. Como principal mediador entre las partes, Egipto sigue presionando para que Israel y Hamás retomen el alto el fuego que el primero dinamitó. Una nueva propuesta de tregua ha sido aceptada por Estados Unidos y el grupo palestino, pero aún se espera la respuesta de Tel Aviv, según anuncian las agencias Associated Press y Reuters.