Volkswagen, Stellantis, BMW… los fabricantes de coches pinchan en bolsa tras los aranceles

Las acciones de los fabricantes europeos de coches caen con ganas después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, haya anunciado aranceles del 25% a todos los vehículos no fabricados en el país. En concreto, la medida afectará a «automóviles y camionetas ligeras de fabricación extranjera».

Stellantis es uno de los valores que más caen, con recortes de más del 3% para el fabricante de Peugeot y Fiat. Los fabricantes alemanes también recortan: Volkswagen cede alrededor de un 1,5%, mientras que Mercedes-Benz se deja alrededor de un 4% y BMW, un 5%.

Los expertos de Bankinter señalan que las firmas germanas son de las más perjudicadas por la decisión de Trump pues importan buena parte de sus ventas a EEUU desde Europa. El 35% de las ventas de BMW y Volkswagen en EEUU se importan desde el Viejo Continente, mientras que en Mercedes-Benz este porcentaje se eleva hasta superar el 50%. «En términos de EBIT el impacto potencial en Mercedes rondaría el 25%, en Volkswagen el 20% y en BMW el 15%. Nuestra recomendación sobre el sector actualmente es de venta», explican desde el banco naranja.

Las caídas también se han extendido a los fabricantes asiáticos. En los mercados orientales, los títulos de Toyota, Honda Nissan han registrado pérdidas de entre el 2% y el 4%, un umbral que superan fabricantes como Mitsubishi o Mazda, con este último cayendo más de un 6%.

Los fabricantes chinos como Nio o Xpeng también se han teñido de rojo. Por el contrario, BYD, el gigante chino de los coches eléctricos, ha sumado más de un 2%. Jason Chan, estratega de inversiones del Bank of East Asia, destaca que los fabricantes de automóviles chinos tienen poca exposición al mercado estadounidense.

Trump considera que esta medida podría ayudar a crecer a los fabricantes de vehículos estadounidenses, y cree también que provocará que las compañías nacionales lleven al país los procesos que actualmente desarrollan en otros lugares. En este sentido, ha destacado que la fabricación «está regresando» a EEUU desde el inicio de su mandato.

«Francamente, los amigos a menudo han sido mucho peores que los enemigos. Y lo que vamos a hacer es un arancel del 25 % sobre todos los automóviles que no se fabriquen en Estados Unidos. Si están hechos en Estados Unidos, no habrá absolutamente ningún arancel», afirmó Trump en una comparecencia de prensa en la Casa Blanca.

Según informó Trump, los aranceles entrarán en vigor el próximo 3 de abril. Asimismo, el presidente de Estados Unidos también ha anunciado que estos aranceles se aplicarán también a partes, como motores o transmisiones, que entrarán en vigor «a más tardar el 3 de mayo», y ha dejado la puerta abierta a «procesos para ampliar los aranceles a más piezas si es necesario».

Con todo, las piezas que cumplan con el acuerdo comercial entre EEUU, México y Canadá (T-MEC) quedarán exentas de aranceles hasta que el Gobierno de Estados Unidos establezca un mecanismo para gravar el contenido no estadounidense, según la Casa Blanca.

COCHES MÁS CAROS

La noticia, aunque esperada, ha sido un mazazo para la industria automovilística. Según los analistas, esta medida encarecerá rápidamente el precio de los coches: un reciente informe del Anderson Economic Group, el coste de producción de los vehículos ensamblados en EEUU aumentará entre 3.500 y 12.000 por unidad.

Y es que, hoy en día, no existe ningún automóvil completamente estadounidense, ya que todos dependen de ciertas piezas fabricadas fuera del país. «Cada fabricante de automóviles que vende vehículos en EEUU depende de cadenas de suministro globales para piezas automotrices, muchas de ellas provenientes de China. Eso significa que, incluso si Honda o Toyota ensamblan un modelo en EE. UU., las piezas provenientes de China encarecerán la producción de esos vehículos», apunta Karl Brauer, analista ejecutivo de iSeeCars, en una entrevista concedida a ‘CNBC’.

Asimismo, no es posible que los fabricantes trasladen toda su cadena de suministro a Estados Unidos de la noche a la mañana, y mucho menos sin una inversión monstruosa. Frank DuBois, profesor de la Escuela de Negocios Kogod de la American University, destaca en ‘MarketWatch’ que los fabricantes de automóviles no pueden construir una planta en EEUU de la noche a la mañana ni encontrar proveedores para ella, especialmente si no tienen certeza de que los aranceles se mantendrán a largo plazo.

«Trasladar la producción de vehículos requiere una gran inversión y mucho tiempo. No es algo que pueda hacerse rápidamente», afirma Sam Fiorani, vicepresidente de pronósticos de vehículos globales en AutoForecast Solutions, a ‘MarketWatch’.

Según Fiorani, la mayoría de los coches vendidos en EEUU y fabricados en México son más baratos, de gama básica, y las empresas que fabrican SUVs y camionetas ‘pickup’ de mayor margen lo hacen en gran parte en el país. En virtud del acuerdo entre EE.UU., México y Canadá, que sustituyó al TLCAN en 2020, y del acuerdo anterior, «los tres países han estado trabajando juntos como una unidad holística».

Y es que la industria automovilística de América del Norte ha operado durante décadas como si el continente fuera un solo país. Las piezas y los vehículos han cruzado fronteras libremente, a veces varias veces, antes de llegar a suelo estadounidense.

«Esta industria necesita volumen para ser rentable. Y utilizar Norteamérica como zona de libre comercio es la única forma que tienen de competir con unidades como la UE y China. Si no se visualiza Norteamérica como una unidad, si no se permite que Norteamérica funcione como una unidad, Estados Unidos no puede competir a escala mundial y se convierte en una isla económica. Necesitamos las tres naciones para ser una potencia mundial. Esta región se ha desarrollado como una máquina, como una unidad», añade Fiorani.

Por su parte, Joseph McCabe, director ejecutivo y presidente de AutoForecast Solutions, lamenta en ‘CNBC’ que la orden ejecutiva firmada por Trump sea «más dura» de lo inicialmente previsto. También destaca que parece «poco probable» revertirla antes del 2 de abril, por lo que parece inevitable que entre en vigor «probablemente durante algunas semanas» y, en consecuencia, pronostica un período complicado para los fabricantes nacionales y extranjeros. «Ningún minorista de automóviles en EEUU escapará al impacto de estos aranceles», sentencia Brauer.

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