Altos mandos de la Fuerza Aérea y el Comando Estratégico de EE. UU. señalaron la necesidad de ampliar la flota de B-21 Raider y reforzar la capacidad de penetración.
Altos mandos piden aumentar la flota de bombarderos B-21
Durante la Conferencia anual de Programas de Defensa de McAleese and Associates, celebrada el 18 de marzo de 2025, líderes del Comando Estratégico de EE. UU. (STRATCOM) y la Fuerza Aérea de EE. UU. (USAF) expusieron los requerimientos para fortalecer la capacidad operativa del servicio.
El general Anthony J. Cotton, jefe de STRATCOM, afirmó que la Fuerza Aérea necesita 145 bombarderos furtivos B-21 Raider, superando los 100 previstos en el plan actual. Hasta ahora, solo se había sugerido esta cifra de forma indirecta, al estimar que se requerían 220 bombarderos en total, incluyendo los 75 B-52J programados.
El año pasado, Cotton manifestó ante el Comité de Servicios Armados del Senado su interés en incrementar la cantidad de B-21. En la misma línea, el general Thomas Bussiere, jefe del Comando de Ataque Global de la Fuerza Aérea, indicó que la cifra de 220 bombarderos debía revisarse. Ahora, Cotton reiteró esa necesidad.
El general Cotton también instó a acelerar la producción del B-21. Recordó que la decisión inicial de mantener un ritmo de fabricación moderado respondía a preocupaciones sobre costos y restricciones presupuestarias. Sin embargo, advirtió que la situación ha cambiado, pues la amenaza global es ahora “significativamente mayor”. A pesar de ello, descartó que el escenario actual represente una “Guerra Fría 2.0”.
La demanda de bombarderos y misiles de largo alcance sigue en aumento
El general Bussiere subrayó que la demanda operativa de bombarderos ha crecido notablemente, con una participación más activa de la flota en misiones globales. Según él, en 2024 se registró “el nivel más alto de actividad” en comparación con años anteriores.

Además de los B-21, Cotton señaló que se debe revisar el número de misiles AGM-181 Long Range Stand-Off (LRSO) previstos. También insistió en la importancia del programa B-52J, dado que esta aeronave transportará los LRSO. Mencionó que es fundamental agilizar la producción del B-52J, aunque no ofreció detalles sobre plazos específicos.
Factores clave en la expansión de la flota de bombarderos
- 145 B-21 Raider: Se considera el número óptimo para cumplir con los objetivos estratégicos.
- 220 bombarderos en total: Incluye los 75 B-52J y 145 B-21.
- Aceleración de la producción: Se busca incrementar la tasa de fabricación ante el cambiante panorama geopolítico.
- Reevaluación de misiles LRSO: Podría ser necesario adquirir más de los 1.087 inicialmente planificados.
- Modernización del B-52J: Prioridad para garantizar la integración con nuevas armas estratégicas.
La Fuerza Aérea resalta la necesidad de superioridad aérea
El general David W. Allvin, jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea, destacó la importancia de contar con un avión de combate de alta gama capaz de operar en entornos disputados. Además, subrayó la necesidad de integrar esta aeronave con el futuro sistema de combate colaborativo.
El futuro del programa Dominio Aéreo de Próxima Generación (NGAD) aún es incierto, ya que se espera que la administración estadounidense tome una decisión en los próximos meses. Allvin insistió en la importancia de mantener una combinación equilibrada de capacidades sin comprometer la sostenibilidad económica.

El general evitó mencionar explícitamente a NGAD, pero dejó claro que su desarrollo sigue en evaluación. “Se necesita la capacidad de mantener la superioridad aérea y operar en entornos disputados, y esa es la función de nuestra Fuerza Aérea”, afirmó.
El programa NGAD y su relación con la inteligencia artificial
Fuentes no confirmadas indican que la Fuerza Aérea y la Marina informaron recientemente al presidente Donald Trump sobre sus respectivos programas NGAD. Aunque la Fuerza Aérea reafirmó su respaldo a un avión de sexta generación tripulado, la administración tendrá la última palabra.
El proceso de revisión buscó determinar si la estrategia actual se ajusta a las amenazas emergentes y las limitaciones presupuestarias. Entre los factores considerados están el elevado costo del programa y los avances en tecnología autónoma.

Allvin mencionó que la decisión final dependerá de la interacción entre NGAD y los sistemas de combate colaborativo (CCA). Inicialmente, el plan contemplaba adquirir 200 cazas NGAD y 1.000 CCA. Sin embargo, la proporción óptima entre unidades tripuladas y no tripuladas aún está en estudio.
Aunque la inteligencia artificial avanza en el ámbito militar, la Fuerza Aérea no planea reemplazar completamente a los pilotos humanos. Según el teniente general Dale R. White, la transición hacia sistemas autónomos será progresiva y siempre habrá un operador humano supervisando las decisiones críticas en combate.
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