La comunidad internacional se ha reunido este lunes en Bruselas en una conferencia de donantes con el objetivo de apoyar la transición en Siria, tras la caída de Bashar el Asad, en la que la Unión Europea y sus socios han anunciado un nuevo paquete de ayuda por valor de 5.800 millones de euros, mientras Damasco pide levantar las sanciones.
Por primera vez en diez años, el Gobierno sirio ha participado en una conferencia de donantes. Lo hace tras el fin de una guerra que se ha alargado durante una década, pero también tras el mayor repute de violencia tras la caída de Asad. El reto es enorme para las nuevas autoridades, pero también para la comunidad internacional que busca un equilibrio entre rebajar la presión y aumentar la ayuda, al tiempo que mantiene la vigilancia para que la transición sea justa.
“Tenemos que hacer lo que esté en nuestra mano para apoyar una transición exitosa”, ha dicho la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Von der Leyen ha destacado la presencia por primera vez del nuevo régimen sirio. “Por cada nuevo paso que den hacia una transición política integradora, estamos dispuestos a avanzar con ustedes. Europa está dispuesta a hacer su parte”, ha dicho la alemana.
De los 5.800 millones de euros que la conferencia de donantes ha prometido este lunes, 2.500 son en fondos europeos para los próximos dos años. “En este momento crítico, el pueblo de Siria nos necesita más que nunca”, ha dicho von der Leyen. Otros donantes como Alemania o Reino Unido han anunciado contribuciones de 300 millones de euros y 160 millones de libras respectivamente.
“En este momento crítico, el pueblo de Siria nos necesita más que nunca”, ha dicho von der Leyen. Aunque no todo el dinero irá directamente a Siria, sino también a apoyar a los refugiados sirios en el Líbano, Jordania, Irak y Turquía. Por su parte, España ha contribuido con “casi diez millones de euros en ayuda”, según el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares.
Sanciones
Pero lo que el Gobierno sirio quiere no es solo ayuda, sino sobre todo, que la comunidad internacional levante las sanciones. “Estas sanciones fueron impuestas al antiguo régimen y, por lo tanto, nos están castigando por algo que no hemos hecho”, ha defendido el ministro de Exteriores en funciones, Asaad Hassan al-Shibani durante la conferencia.
Al-Shibani ha reclamado un plan para la reconstrucción del país “libre de sanciones coercitivas y unilaterales” añadiendo que levantarlas es una cuestión de “necesidad moral y humanitaria”. El ministro ha agradecido que la UE haya suspendido de manera temporal y condicionada algunas de esas en ámbitos como la banca, el transporte o la energía. Pero estas decisiones “no están a la altura de nuestras expectativas”, ha insistido el político sirio.
“Los sirios han sufrido muchísimo. Las infraestructuras más importantes han sido destruidas”, ha dicho Al-Shibani añadiendo que a pesar de los esfuerzos del Gobierno, “todavía tenemos enormes necesidades”. Por eso el ministro ha pedido que se retiren más sanciones para ayudar a levantar la economía siria.
Preguntada por la cuestión al término de la reunión de ministros de Exteriores de la UE que ha precedido a la conferencia de donantes, la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, ha reafirmado el compromiso comunitario con relajar las sanciones. “Si vemos que la parte siria da los pasos adecuados, también estamos dispuestos a darlos por nuestra parte,” ha dicho Kallas.
Bruselas sigue de cerca los episodios de violencia registrados en las últimas semanas, y vigila cómo los gestiona el actual gobierno. “Si queremos evitar más violencia, tenemos que dar esperanza a la población siria”, ha dicho la estonia, que cree que esto pasa por relajar las sanciones para aliviar la presión económica sobre el país. “Por eso ahora mismo seguimos adelante con nuestro plan para aliviar las sanciones,” ha añadido, aunque matizando que los ministros volverán a discutir la cuestión durante su próxima reunión en abril.