Es lo que marca la diferencia entre bloquearse o involucrarse

Helena reconoce que se siente abrumada cada vez que coge el móvil y ve la imagen de alguna catástrofe ambiental como, por ejemplo, los devastadores incendios de Los Ángeles o las inundaciones de la Comunidad Valenciana. «Durante mucho tiempo, este tipo de imágenes me dejaban completamente bloqueada y con una gran sensación de tristeza en el cuerpo. La situación me sigue angustiando, pero ahora intento canalizar esta preocupación hacia algo más constructivo y que me permita crear un mundo un poco mejor. Quiero creer que la esperanza es lo último que se pierde», explica esta treintañera, que recientemente se ha adherido a varias iniciativas ecologistas en Barcelona. Su historia no es una excepción. Según apunta el mayor estudio realizado hasta la fecha sobre «emociones climáticas», el sentimiento de esperanza es uno de los principales motores de cambio frente a la crisis climática. Este sentir, de hecho, se relaciona de forma directa con un mayor apoyo a las medidas para hacer frente a este fenómeno.

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