El nuevo monumento en memoria de las víctimas de los atentados yihadistas del 11 de marzo de 2004, que segó la vida de 193 personas y dejó cerca de 2.000 heridos, estará terminado a finales de 2027 y ocupará el espacio de la antigua gasolinera de la glorieta de Atocha, demolida durante las obras de ampliación de la Línea 11 de Metro.
Así lo anunciado este martes Montserrat Soler, presidenta de la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo, durante el acto de homenaje por el 21º aniversario de la tragedia, organizado junto a CC.OO y UGT en la estación de Atocha.
«Después de varias reuniones con el Ayuntamiento, ya se han creado las bases del concurso para un nuevo monumento que estará en la antigua gasolinera que ha sido demolida y que deberá reunir una serie de condiciones, como que se utilicen algunos ladrillos de vidrio del monumento anterior», ha explicado Soler.
Recuerdo a los fallecidos
El nuevo memorial, que sustituirá al anterior —desmantelado en 2023 por las obras del metro—, incorporará ladrillos de vidrio del monumento original y llevará una leyenda con los nombres y apellidos de todas las víctimas mortales bajo el texto: «Espacio homenaje a las víctimas de los atentados yihadistas del 11 de marzo de 2004».
El acto contó también con la presencia del alcalde madrileño, José Luis Martínez-Almeida; el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín; representantes de la oposición, como Rita Maestre (Más Madrid), Reyes Maroto (PSOE) y el defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo.
Como cada año desde hace 21, durante el homenaje se ha guardado un minuto de silencio y se han depositado flores en los andenes de Atocha, donde en 2004 estallaron dos de las mochilas bomba. «No permitiremos que el tiempo borre lo ocurrido. Este monumento será un faro de justicia y solidaridad», ha subrayado Soler, mientras familiares y supervivientes compartían lecturas y testimonios.
