Los incendios provocados por cohetes en el norte de Israel han devastado bosques y reservas naturales, afectando la flora, la fauna y el trabajo forestal de décadas.

El impacto ambiental de los incendios en el bosque Biriya

Los árboles que rodean el camino al bosque Biriya, una reserva natural en el norte de Israel, parecen exhibir un follaje otoñal rojizo. Sin embargo, una mirada más cercana revela que son restos carbonizados tras los incendios causados por cohetes, que han arrasado miles de acres mientras Israel combatía a Hezbolá en Líbano.

Como muchos otros bosques israelíes, Biriya fue plantado por el Fondo Nacional Judío (KKL-JNF) y enfrenta incendios cada año, generalmente controlados con rapidez. No obstante, la evacuación de la población y condiciones climáticas extremas agravaron la situación en esta ocasión. Desde mayo, con temperaturas más altas y el fin de las lluvias invernales, prácticamente todos los cohetes lanzados desde Líbano causaron incendios. Además, los interceptores israelíes al estallar dispersaron fragmentos incendiarios en la zona boscosa.

El efecto combinado de vientos fuertes, temperaturas extremas y baja humedad destruyó hábitats, alteró ecosistemas y arruinó años de esfuerzos para aumentar la biodiversidad. Eli Hafuta, director de la Región de la Alta Galilea y el Golán en KKL-JNF, expresó su preocupación: “Fuimos testigos de cómo el trabajo de toda una vida desaparecía”. Explicó que árboles con 70 u 80 años de antigüedad ardieron completamente, mientras que incluso aquellos plantados hace una década quedaron reducidos a cenizas en minutos.

Daños en reservas naturales y suspensión de reforestaciones

El impacto ambiental no se limita a Biriya. La guerra ha afectado severamente la flora y fauna en el norte y el sur de Israel. Además, la construcción de un nuevo bosque en el Néguev occidental, programada en honor a las víctimas de la guerra, fue cancelada esta semana por razones de seguridad. La ceremonia de plantación, prevista para coincidir con Tu Bishvat, se llevó a cabo de manera reducida con un grupo de funcionarios que plantaron árboles en memoria de un oficial asesinado en el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023.

Datos clave sobre los incendios forestales y su impacto ecológico

  • Los incendios han destruido miles de acres de bosques en el norte de Israel, afectando la biodiversidad y el ecosistema.
  • La combinación de calor extremo, vientos fuertes y baja humedad intensificó la propagación del fuego.
  • El Fondo Nacional Judío (KKL-JNF) ha perdido décadas de trabajo forestal debido a los incendios.
  • La cancelación de un proyecto de reforestación en el Néguev refleja el impacto continuo de la guerra en la gestión ambiental.
  • La Reserva Natural del Valle Agamon Hula, un punto clave para la migración de aves, ha sufrido alteraciones significativas.

Reserva Agamon Hula: efectos en la migración de aves

La Reserva Natural del Valle Agamon Hula, un destino clave para la migración de aves, ha sido una de las áreas más afectadas. Cada año, millones de grullas, pelícanos y cigüeñas cruzan este ecosistema, lo que lo convierte en un atractivo ecoturístico de gran relevancia. En un año normal, la BBC lo clasifica entre los diez mejores sitios del mundo para la observación de aves.

Desde el inicio de la guerra el 7 de octubre de 2023, la reserva estuvo cerrada durante meses. El Centro de Rehabilitación de Vida Silvestre Agamon, ubicado en la reserva, se convirtió en lo que su equipo define como el primer hospital de campaña para animales en tiempos de guerra.

Un hospital de campaña para animales en medio de la guerra

El Centro de Rehabilitación de Vida Silvestre Agamon debió modificar su funcionamiento ante la emergencia. Su directora y veterinaria jefa, Dra. Rona Nadler-Valency, afirmó que implementaron un protocolo de guerra sin precedentes para la atención de animales.

Cuando el norte de Israel era blanco de ataques, el equipo del centro fue evacuado y se vio obligado a operar a distancia. En los casos posibles, los especialistas atendieron a los animales en sus hogares. Pasados tres meses, el equipo comenzó a regresar, aunque bajo condiciones extremas.

“Estábamos en medio de una operación cuando sonaban las sirenas”, relató Nadler-Valency. “Teníamos que dejarlo todo y correr al refugio, a veces decenas de veces al día”. En otras ocasiones, quedaron atrapados al aire libre y tuvieron que lanzarse al suelo para protegerse. “Era una locura, pero al menos podíamos seguir trabajando”, concluyó.

Rescate de animales heridos en medio de la guerra

Con pocos civiles en la zona, los soldados llevaron numerosos animales heridos al Centro de Rehabilitación de Vida Silvestre Agamon. Uno de los casos más significativos fue el de Lilit, una lechuza común atropellada por un vehículo militar. La colisión le provocó una grave lesión en la cabeza, dejándola temporalmente ciega y sorda.

Durante su rehabilitación, permaneció en una jaula de aclimatación y recibió cuidados bajo estrictas medidas de seguridad debido al constante fuego de misiles. Con el tiempo, recuperó la vista, la audición y la capacidad de volar. Luego de mes y medio, fue liberada con un transmisor para monitorear su adaptación y analizar cómo los búhos se recuperan de lesiones similares.

La directora del centro, Dra. Rona Nadler-Valency, destacó la importancia de estos avances: “Casos como el de Lilit eran rayos de luz en medio de la locura”.

Cambios en la migración de aves y efectos en el ecosistema

El impacto ambiental de la guerra ha generado alteraciones en la fauna que los científicos aún investigan. Yaron Charka, ornitólogo jefe del Fondo Nacional Judío (KKL-JNF), ha notado un aumento en la variedad de aves invernantes en el valle de Hula. “Este invierno veo más especies en comparación con el anterior, cuando su número era bajo”, señaló, aunque reconoció que la causa aún no es clara.

Datos clave sobre la migración de aves en el valle de Hula

  • Cada invierno, alrededor de 50.000 grullas comunes interrumpen su migración hacia África y permanecen en el valle.
  • En el último año, la cifra disminuyó un 70% debido a los constantes ataques con cohetes desde Líbano.
  • El alto el fuego ocurrió al final de la temporada migratoria, lo que dificulta determinar su impacto en las rutas de las aves.
  • El cambio climático también está modificando el comportamiento migratorio, retrasando la llegada de las grullas en otoño.
  • El cierre prolongado de la reserva redujo la presencia humana, obligando a usar carros camuflados para la observación de aves.

Uso de tecnología para proteger cultivos sin dañar la fauna

Con el regreso de las grullas al valle de Hula, resurge el desafío de evitar daños en los cultivos. Métodos tradicionales como cañones de gas y espejos han sido efectivos, pero resultan costosos y perjudiciales para la fauna y el turismo.

Para solucionar el problema de manera sostenible, el KKL-JNF trabaja con una empresa israelí de ecotecnología en el desarrollo de un sistema basado en láser. Este sistema, equipado con cámaras, inteligencia artificial y emisores láser, detectará la presencia de grullas y proyectará un rayo que los animales perciben como una amenaza, lo que los obligará a reubicarse.

Charka, con experiencia en tecnología, espera que el sistema esté operativo para la próxima temporada migratoria.

Regeneración natural y perspectivas a futuro

La alteración ambiental también ha afectado la reproducción de la fauna en la región. Inbar Shlomit Rubin, directora de la reserva, indicó que en primavera se observaron menos nidos de aves. “La inseguridad llevó a muchas especies a migrar más al sur, hacia zonas más tranquilas”, explicó. En contraste, los mamíferos y pequeños animales no pudieron escapar.

“El ruido de la guerra generó un estrés inmenso”, afirmó Rubin. “Ese estrés afecta negativamente la fertilidad”.

Desde el cese del fuego, el KKL-JNF ha iniciado un estudio en las áreas quemadas para evaluar su capacidad de regeneración. Por ahora, los esfuerzos se centran en intervenciones urgentes en zonas accesibles a los visitantes.

A pesar de la magnitud de los incendios, Eli Hafuta, director regional de KKL-JNF, se mostró optimista. Estima que hasta el 70% de los árboles afectados podrían regenerarse de forma natural en el próximo año y medio.

Rubin también destacó señales positivas en la recuperación del ecosistema. “Hemos notado un efecto sutil y mínimo. Aunque los impactos a largo plazo son inciertos, confiamos en que la guerra no tendrá consecuencias significativas en los próximos años”, afirmó. “El trauma en la zona tardará en sanar, pero avanzamos en la dirección correcta”.

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