La sesión parlamentaria de este miércoles 12 de febrero ha dado mucho de lo que hablar dentro y fuera de los muros del Congreso de los Diputados. Tras una tensa sesión de control al Ejecutivo, el Congreso de los Diputados debatía y votaba la convalidación del escudo social, fruto del pacto entre el Gobierno y Junts per Catalunya. El Partido Popular ya anunció que votaría a favor después de vetar el anterior decreto ómnibus. Así, el real decreto ha salido adelante por mayoría, pero laminando la credibilidad del grupo conservador y con una derecha mediática que ha mostrado sus reticencias a la actitud de los capitaneados por Alberto Núñez Feijóo.

Entre las medidas clave de este acuerdo se encuentran la revalorización de las pensiones, la subida del SMI o las ayudas a los afectados por la DANA de Valencia, así como las bonificaciones al transporte público. La postura del PP al respecto, llena de vaivenes, no ha sentado bien a los comunicadores de cabecera de la derecha. Por ejemplo, Federico Jiménez Losantos, aunque centraba sus ataques matutinos a las ministras Yolanda Díaz y María Jesús Montero por sus diferencias al respecto del IRPF a las rentas mínimas, también cargaba contra el PP asegurando que «en Génova 13 también parecen analfabetos a veces».

Carlos Alsina, por su parte, habló del «inesperado matrimonio» entre Feijóo y Yolanda Díaz, visible en el voto a favor del Partido Popular a medidas tradicionalmente sociales. «El Partido Popular aprovecha la brecha y agarra la bandera de la no tributación. Tantos años arrastrando los pies con la subida del salario -reservón cada vez que no ha contado con la bendición de la patronal- y ahora aplaude que se suba y que no tribute», expresaba el locutor, aunque el SMI empezará a tributar en Hacienda con la nueva subida. «Podemos también aplaude y presenta su propia iniciativa parlamentaria, ya van dos. Y Sumar anuncia que apoyará cualquier propuesta para dejar exentos a los trabajadores peor pagados. El PP en sintonía con los grupos a la izquierda del PSOE. Esta pinza no la vimos venir. Claro que Sánchez siempre puede usar la exención fiscal como baza para negociar otras cosas. No va a ser la primera vez que cambie de opinión», argumentaba el locutor de Más de Uno.

El PP, huyendo hacia delante y contra todos

Volviendo al Congreso, el PNV también tuvo sendo protagonismo. Los jeltzales teledirigieron sus dardos hacia la bancada popular, situándoles al «lado de la Gestapo que arrebató el edificio» (refiriéndose al palacete que el decreto les ha dado de vuelta), pero también de Franco, que «lo mantuvo en su poder». La diputada Idoia Sagastizabal justificaba que la devolución está amparada por la Ley de Memoria Histórica, algo impensable antaño. «Se escandalizan por la restitución, pero callan ante quienes siguen disfrutando de bienes que fueron robados aprovechando la dictadura», acotó. 

Los conservadores entraron en el cuerpo a cuerpo tanto con los socialistas como con los nacionalistas vascos. El diputado Jaime Olano se subía al atril para calificar el decreto que van a aprobar como «microbus» y asegurar que el Gobierno «hace de nuevo el ridículo». Refuta las acusaciones de Bolaños que les atribuyen votos en contra a la revalorización de las pensiones y a los afectados por la DANA, urgiendo a los socialistas a subir el nivel del debate y conminándoles a «tratar a los españoles como adultos». 

Por su parte, el parlamentario popular ha elevado más el tono para advertir al PNV que se reservan las «acciones legales» que estimen oportunos, en referencia a las acusaciones de la diputada nacionalista. «De relaciones con el fascismo clásico, el italiano, el PNV no tiene que dar ninguna«. 

 

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