Esta semana ha entrado en vigor la nueva ordenanza municipal que regula el ruido emitido por automóviles y ciclomotores en Sóller, estableciendo sanciones económicas significativas para quienes la incumplan. La norma ha superado el período de exposición pública sin que se hayan presentado alegaciones.
La ordenanza establece límites en la emisión de ruido de los vehículos a motor. Sus propietarios y conductores están obligados a mantener en buen estado los dispositivos que puedan generar molestias acústicas. El incumplimiento de la normativa conllevará sanciones impuestas por la Policía Local. Las multas leves podrán alcanzar los 600 euros, las graves hasta 12.000 euros y las infracciones muy graves pueden derivar en sanciones de entre 12.000 y 300.000 euros.
Entre las prohibiciones contempladas en el articulado de la ordenanza se incluyen el uso del claxon, salvo en caso de peligro inminente y cuando no haya otra forma de aviso; realizar aceleraciones innecesarias o forzar el motor en pendientes, generando ruidos molestos; utilizar dispositivos que reduzcan la acción del silenciador; circular con silenciadores incompletos, inadecuados o en mal estado; dar vueltas innecesarias a las manzanas de viviendas, acelerar bruscamente, derrapar o realizar maniobras que generen ruido innecesario; y utilizar equipos de música del vehículo a un volumen elevado con las ventanas abiertas.
Contaminación acústica
La normativa, ya en vigor, sigue el modelo de regulaciones similares aprobadas en otros municipios de la Serra de Tramuntana a instancias de la Mesa de Batles i Batlesses. Su objetivo principal es prevenir y corregir la contaminación acústica derivada del tráfico en las vías públicas de los municipios que integran la Serra.
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