La reivindicación se extiende por las nueve provincias de Castilla y León, pero este martes se ha hecho visible frente a las puertas de las Cortes, en Valladolid, donde estaba a punto de celebrarse el primer pleno del año y en cuya explanada se han concentrado decenas de manifestantes reclamando la paralización de todos los proyectos de macrogranjas y macroplantas de biogás en la comunidad, casi un centenar, según datos de la propia Junta de Castilla y León.
Los representantes de una decena de asociaciones de diversos puntos del medio rural en el mapa de la comunidad accedieron después al hemiciclo para escuchar cómo respondía el Gobierno autonómico a dos preguntas, del PSOE y el procurador Francisco Igea, sobre el despliegue de las plantas de biogás, a las que el consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez Quiñones, contestó acusando a los socialistas de manipular a los concentrados en la puerta, a estos de “desconocimiento”, y defendiendo las bondades de estas instalaciones para los pueblos.
“Sinvergüenza”, “mentiroso”, “ni el aire nos dejáis”
Quiñones acusó a Igea de “elucubraciones conspiranoicas” cuando este apuntaba indicios de corrupción en la elección de las ubicaciones de estas infraestructuras que “huelen bastante mal”, y al Partido Socialista de manipular a las asociaciones, a las que achaca “desconocimiento”.
Tras la intervención del consejero, que confirmó que ha finalizado la redacción de la Estrategia Regional de Biogás 2025-2035, que ahora se someterá a estudio ambiental y saldrá a información pública, los miembros de la Plataforma fueron desalojados por orden del presidente de las Cortes, Carlos Pollán, mientras gritaban “sinvergüenza”, “mentiroso” y “vendido”. Abandonando el hemiciclo, los representantes de las asociaciones acusaron a Quiñones de haber mentido “con la Sierra de la Culebra y también ahora”. “Ni el aire nos dejáis”, se escuchó.
“En defensa de nuestros pueblos”
En su manifiesto contra esta “invasión” que supone pasar de las 3 que existen actualmente a 90 plantas de biogás previstas en la comunidad, la Plataforma STOP Macroplantas-STOP Macrogranjas alza la voz “en defensa de nuestros pueblos, nuestra tierra, nuestra salud y nuestro futuro”.
Califican la situación de “insostenible” y afirman que la proliferación de macrogranjas intensivas y macroplantas de biogás, biometano, lodos e hidrógeno en Castilla y León no solo representa una amenaza para el entorno, sino que también vulnera “nuestros derechos democráticos más básicos”.
La ciudadanía tiene derecho a saber
En este sentido, denuncian la falta de transparencia y “la marginación de la ciudadana en la aprobación de estos proyectos”, puesto que los procesos de implantación de estas industrias se están llevando a cabo “a espaldas de la población, sin información clara ni oportunidades reales para que las comunidades afectadas puedan expresar su opinión”, de forma que reclaman acceso a la información sobre proyectos actuales y futuros.
“La democracia no puede ser un trámite que se salte cuando resulta incómodo para los intereses de unos pocos”, dicen. “La ciudadanía tiene derecho a saber qué está pasando en su territorio” a consecuencia de esta “avaricia empresarial”.
“Salen como setas y no te enteras”
Una de las portavoces de estos colectivos, Aurora Vilariño, añade que es urgente detener de inmediato todos los proyectos en marcha y todos los que actualmente están en evaluación, porque “solo son rentables para quienes los instalan, no para el pueblo”.
Vilariño afirma que, si bien todas las provincias se ven afectadas por esta explosión de proyectos, las que más lo están son Zamora y Salamanca por su cercanía a la red gasística que comunica con Portugal.
“Las macroplantas de biogás y biometano llaman directamente a macrogranjas; salen como setas y no te enteras”, señala, y pone como ejemplo la provincia de Burgos. “En menos de 5 kilómetros hay 3 macroplantas que recogen 400.000 toneladas al año y hay 120 camiones de gran tonelaje con residuos tóxicos pasando por allí a diario”.
“Esta es la solución que encuentran para la despoblación; ahora, en vez de pantanos, nos llenan de mierda”, concluye.