Un estudio reciente realizado por el Centro de Gerociencia, Salud Mental y Metabolismo (GERO) de Chile investigó los efectos de una dieta en particular en la función cerebral de ratones envejecidos con el objetivo de analizar el deterioro cognitivo y la pérdida de memoria. Así descubrieron que un tratamiento a corto plazo con especial régimen de alimentos puede mejorar significativamente la memoria de trabajo y la plasticidad sináptica del cerebro. El trabajo científico denominado «La administración de una dieta cetogénica en etapas posteriores de la vida mejora la memoria» fue liderado por Diego Acuña y recientemente publicado en la revista Cell Reports Medicine.


Lee también

Catalina Ciampa

Tal como indica el investigador Acuña, las neuronas con el paso del tiempo empiezan a tener problemas para captar glucosa, el cual es usado como fuente de energía y a medida que pasan los años, les cuesta más captar la fuente de energía y gestionarla dentro de las células para poder realizar sus funciones básicas.

Es por eso que administraron a ratones envejecidos una dieta alta en grasas y baja en carbohidratos, más conocida como dieta cetogénica o Keto

Lo hicieron de manera alternada semanalmente con una dieta estándar durante cuatro meses. Los resultados mostraron mejoras notables en la memoria de trabajo y en la potenciación a largo plazo (LTP), un proceso crucial para el aprendizaje y la memoria.

Según explicó Christian González-Billault, quien también participó en la investigación, la dieta estudiada produce cambios que afectan a las moléculas que están dentro de las neuronas, las proteínas que están involucradas en la mantención de la sinapsis, a los circuitos neuronales.

En conclusión, la evidencia demostró que la administración cíclica de una dieta cetogénica en ratones machos de edad avanzada mejora la retención de memoria, la plasticidad sináptica y aumenta la complejidad del conjunto de dendritas que surgen de una neurona, también conocido como árbol dendrítico.

Por qué no se debe sostener una dieta Keto a largo plazo y sin intermitencias

El investigador Diego Acuña advierte que la dieta cetogénica es de alto consumo de grasas por lo cual puede tener efectos adversos en el tiempo. “Eso significa hígado graso y otras alteraciones en el metabolismo. Sin embargo, se ha mostrado que cuando tú alternas esta dieta con una normal, te evitas esos efectos adversos o los reduces significativamente”, especifica.

Con una dieta cetogénica aparece la sobrecarga que sufren órganos como el hígado e incrementa el riesgo de una dislipidemia, que son altos niveles de lípidos en la sangre. Este combo podría generar un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares. “Por lo tanto, al día de hoy no es una estrategia que podría ser eficiente para aplicar en humanos que están envejecidos”, advierte González-Billault.

Por estas razones y aunque los resultados son prometedores, los investigadores advierten que aún no se pueden trasladar estos procedimientos a humanos ya que requiere cautela. Los efectos positivos observados en ratones necesitan ser validados en estudios clínicos en humanos, considerando la variabilidad genética y las diferencias metabólicas.



Esta información no sustituye en ningún caso al diagnóstico o prescripción por parte de un médico. Es importante acudir a un especialista cuando se presenten síntomas en caso de enfermedad y nunca automedicarse.



Fuente