Cuando, el pasado 9 de junio, a un viajero turco lo derrumbó un infarto en la cola de control de equipaje de mano, los guardias Roberto Carlos E. y Javier C. corrieron con un desfibrilador y emplearon media hora en reanimar al hombre. Fue una de las más llamativas actuaciones recientes de la Guardia Civil en la Terminal 2 de El Prat. El resto de su trabajo diario es mucho menos visible, sometido a la discreción de la vigilancia de una parte del recinto y del área fronteriza.

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