Semana clave en la oferta pública de adquisición (opa) de Talgo, una de las grandes ‘telenovelas’ empresariales de los últimos meses. El próximo viernes 14 de febrero vence el plazo marcado por Trilantic, máximo accionista de la compañía industrial, para que los inversores interesados envíen sus ofertas. Apenas cinco días restan para que los tres candidatos, el grupo industrial vasco Sidenor, el fondo público polaco PFR y la compañía cotizada india Jupiter Wagons, destapen sus cartas.
La decisión se antoja compleja, ya que Talgo tiene únicamente un accionista de referencia, un consorcio conformado por tres partícipes: Trilantic, con 30% de todo el capital, y un 10% en manos de Torreal, brazo inversor del empresario Juan Abelló, y la familia Oriol, fundadores de la ferroviaria. Este será uno de los puntos claves. Sidenor envió la pasada semana una segunda oferta destinada a adquirir solo el 30% en manos del fondo británico por 4,15 euros por título, además de un variable de hasta 0,65 euros.
Esta opción deja fuera al resto de accionistas y a los minoritarios, algo que no ocurre con las ofertas de Pesa, ferroviaria controlada por el fondo polaco PFR, y Jupiter Wagons, que sí o sí será una opa por el 100% del fabricante ferroviario a un precio similar (o incluso superior) a los cinco euros. Esta contraprestación será cercana a la ofrecida por el consorcio húngaro Magyar Vagon el pasado año, una operación que fue vetada por el Gobierno por razones de seguridad nacional al entender que había vínculos entre los oferentes y el régimen ruso de Putin.
Esta segunda opción, sea cual sea el candidato, no está mal vista por el Ejecutivo, que sí exigirá al inversor que ceda un porcentaje del capital a un núcleo duro de accionistas españoles, donde podrían entrar la propia SEPI, el Instituto Vasco de Finanzas o, incluso, Sidenor. Estos tendrán capacidad de veto en decisiones relevantes, como las inversiones, el empleo, la sede o la cotización. Hasta el momento, solo Pesa ha confirmado públicamente su intención de enviar una «oferta competitiva», según recogió el diario polaco Puls Biznesu.
‘Ok’ del Gobierno
Una vez venza el plazo, algo previsto para el próximo viernes, Trilantic y sus socios deberán tomar una decisión: dar salida solo al fondo británico y entrada a inversores que cuentan con el plácet del Ejecutivo, como es el caso de Sidenor, que además dispone del apoyo económico del Instituto Vasco de Finanzas (dependiente del Gobierno liderado por el PNV) y las entidades financieras BBK y Vital. Sin embargo, esta supone menor retorno y la posibilidad de que se abra una guerra judicial con el resto de accionistas.
La otra opción es decantarse por una oferta extranjera, algo que a priori gusta más en el entorno del consorcio Pegaso, pero esta debe ir sí o sí de la mano de la oficina económica de Moncloa, el Ministerio de Transportes y la cartera de Carlos Cuerpo, ya que con el ‘escudo antiopas’ activo esta operación podría ser vetada, algo que a priori no ocurrirá. La realidad es que en la actualidad Talgo es una empresa radicada en España, pero sin accionistas españoles, salvo los Oriol y Abelló, además de otros accionistas minoritarios. Si finalmente Jupiter o Pesa se alzasen con más de un 50% del capital de Talgo, nada impide que el otro porcentaje sigan siendo accionistas españoles.