Ricardo Martí-Fluxá (Madrid, 1950) preside la Asociación de Consultoras Inmobiliarias (ACI), patronal que representa a las ocho principales firmas del sector en España. Gracias a su larga trayectoria en el ámbito público e institucional, conoce a la perfección los diferentes niveles de la Administración General del Estado. Ser miembro de la Carrera Diplomática Española le permitió alcanzar la Secretaría de Estado de Seguridad entre 1996 y 2000 y la jefatura de Protocolo y Actividades de la Casa de Su Majestad El Rey de España. Martí-Fluxá atiende a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA consciente del gran problema que enfrenta España si no solventa las dificultades existentes para comprar o alquilar una vivienda, pero con la convicción de que la solución es sencilla, siempre y cuando los dos grandes partidos acuerden atacarlo de forma conjunta a través de un Pacto de Estado.
PREGUNTA. Usted es uno de los convencidos de que España necesita un Pacto de Estado por la vivienda. Sin embargo, la situación política no invita a pensar que este pueda darse.
RESPUESTA. Estoy absolutamente convencido de que afrontamos un problema crucial y fundamental para la sociedad española. El país tiene un déficit de entre 500.000 y 600.000 viviendas y hay muchas forma de enfocarlo, pero yo creo que la fundamental sería firmar un Pacto de Estado que permita paliar la complicada arquitectura constitucional que tenemos, con las competencias repartidas entre el Gobierno, las comunidades autónomas y los municipios.
P. ¿La dimensión del problema es tan grande como para requerirlo, como así fue con las pensiones y el Pacto de Toledo?
R. Yo creo que tiene el mismo carácter, sobre todo en las grandes ciudades. Tendemos a hablar siempre del problema de la vivienda de forma general para todo el territorio y no tiene nada que ver la situación existente en Barcelona, Madrid, Valencia, Sevilla o San Sebastián, con la cualquier ciudad media. A esto hay que sumar que España es uno de los países europeos en los que los jóvenes se emancipan más tarde: evidentemente, hacerlo en solitario es prácticamente imposible y muchos se tienen que decantar por hacerlo en pareja o en una habitación. Por este motivo hay que hacer este gran pacto. Si hemos sido capaces de llegar a acuerdos, redactar una constitución o firmar los Pactos de Toledo, no me creo que con un tema tan crucial como es actualmente el problema de acceso a la vivienda no se pueda hacer. Con todo esto, los dos grandes partidos te dirán que es imposible.
P. ¿Es optimista?
R. Hay que ceder, la vivienda no puede ser un arma política entre unos y otros.
P. Le ley de suelo es el claro ejemplo de esto. PP y PSOE han impulsado textos muy similares desde hace casi una década. ¿Fue un error del PP no aprobarla la última vez que estaba prevista su votación en el Congreso de los Diputados?
R. La sensación que teníamos es que era una magnífica ley porque solventaba muchos de los problemas que afectan al sector. Nos parecía una buena ley, muy necesaria en este momento. Estos temas no pueden ser un arma política entre un partido y otro, aunque es bastante evidente que el Partido Popular, en este momento, ha decidido que no aprobará ninguna ley o decreto impulsado por el Gobierno.
R. El diagnóstico del problema de la vivienda es muy parecido en el PP y el PSOE. Ambos parecen de acuerdo en que todo parte de una falta de oferta.
R. Estamos todos de acuerdo con el problema, pero probablemente no estamos todos de acuerdo con la forma de solucionarlo. Es el producto de la lucha política que hay entre los grandes partidos. Evidentemente, es difícil llegar a acuerdos, pero no es imposible.
P. ¿Cuál es su propuesta para resolver el problema?
R. Hay varias posibilidades, pero la construcción de vivienda asequible en alquiler es fundamental, con el firme compromiso de que estas no acaben siendo vendidas después de un determinado plazo de años. En muchos lugares de España esto ya se ha hecho en el pasado. Sin ir más lejos, en Madrid se promovió mucha vivienda pública en alquiler, aunque luego se acabó vendiendo a fondos de inversión.
Ricardo Martín-Fluxa aboga por la firma de un Pacto de Estado / José Luis Roca
P. ¿Es partidario de blindar a perpetuidad la vivienda de protección oficial (VPO)?
R. Sí. Si se compra una vivienda con esas condiciones, esta debe venderse posteriormente a alguien que cumpla esas mismas, incluyendo un porcentaje de revalorización, algo que nos permitiría tener un gran parque de vivienda protegida. Lo que no puede ocurrir es la reventa ilegal de viviendas protegidas, algo que pasaba antaño: cuando el máximo legal de venta era de 170.000 euros, se traspasaba por 250.000 euros y 80.000 euros eran por debajo de la mesa.
P. ¿Qué opinión le merece la creación de una nueva Empresa Pública? ¿Tiene sentido que exista?
R. Sí, pero depende de qué competencias tenga. Es fundamental y el PP debe apoyarla.
P. ¿Cree que España debe liberalizar suelo para generar esta nueva oferta que comenta?
R. Es un tema fundamental, aunque muchos ayuntamientos tienen cierto miedo por los problemas que hubo en los años 2008 y 2009.
P. Entonces, ¿cómo se puede acelerar la producción de vivienda de obra nueva?
R. Hay que simplificar todos los trámites administrativos y algunos ayuntamientos ya lo están haciendo.
P. En una entrevista con este periódico, la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, aseguró que la vivienda ha dejado de ser un instrumento financiero o de inversión. ¿Usted lo cree?
R. Invertir en la compra de una vivienda, obtener una rentas por ella y venderla quince o veinte años después no me parece un negocio especulativo. La ministra crítica la especulación, no a la inversión.
P. ¿Cómo valora las regulaciones que se han puesto en marcha desde el Gobierno en los últimos años en el sector residencial? ¿Vamos en la dirección correcta?
R. Creo que no. Hemos visto en otros países cómo el tope a los alquileres se traduce en una retirada del mercado de un alto número de viviendas. Esto lo hemos visto también en Barcelona, donde esto se ha aplicado de una forma más intensa. En París y en Milán ha sido dramático. La ley de la oferta y la demanda funciona. Por lo tanto, hay que crear más oferta.
P. Con su bagaje, ¿cree que fue un acierto o un desacierto dar las competencias de vivienda a las comunidades y a los ayuntamientos?
R. Es muy difícil con la mentalidad actual juzgar situaciones que ocurrieron hace 50 años. En cada época se resuelven los problemas de la forma que parece más conveniente. Durante la Transición, que me tocó vivir profesionalmente, resolvimos temas de la forma que nos parecía más adecuada y, visto con cierta perspectiva, hoy las cosas nos parecen diferentes. Y dentro de 50 años, problemas que se están resolviendo ahora, se juzgarán como positivas o negativas con otras. En España hemos dado un salto de gigante, dando pasos fundamentales en temas como la sanidad o la educación. En este momento el problema que tenemos es la vivienda. Tenemos que resolverlo como lo hicimos en el pasado, que es posible. Veníamos de donde veníamos y nos pusimos de acuerdo. Yo no veo por qué no podemos hacer una cosa parecida en este momento, con generosidad y sobre todo voluntad por todas las partes.
P. ¿Es positivo estar hablando todo el día del problema de la vivienda?
R. Hasta que tengamos un Pacto de Estado es absolutamente bueno e imprescindible. No tenemos remedio. Es la misma situación que cuando comenzó a subir la inflación y los precios de determinados alimentos. No había periódico o telediario de cualquier signo que no insistiera con en este tema.
P. En los últimos años se ha puesto mucho el foco en el alquiler, pero España es hoy un país muy resiliente a las crisis porque tiene un alto porcentaje de propietarios.
R. Pero ha habido un cambio radical en la forma de vida de las nuevas generaciones. En mi época la gente pensaba que iba a estar viviendo en el mismo lugar y trabajando en algo parecido a tu padre toda su vida. En este momento, con la movilidad existente, las generaciones más jóvenes viven encantadas en alquiler.
P. ¿Esto no puede traer un problema de segunda vuelta, cuando con 65 o 70 años esos individuos no cuenten con el ahorro que supone tener una vivienda en propiedad pagada?
R. O que se está pagando aún. Una hipoteca pueden ser más de 30 años. Todavía en la sociedad española la idea de comprar es la predominante, aunque acarrea otros gastos que no hay en el alquiler. Todo tiene sus pros y contras.
P. ¿Cree que veremos que se ha resuelto el problema de la vivienda en 10 años?
R. (Pensativo) Si empezamos a trabajar ahora, yo tengo la esperanza que en cinco años puede estar resuelto. Pero en menos es imposible y tenemos que empezar a trabajar ya.