En 1945, el territorio que hoy se conoce como la Franja de Gaza tenía aproximadamente 70,000 habitantes. Durante la Guerra de Independencia, llegaron unos 200,000 refugiados, y el área quedó bajo control del ejército egipcio, que se retiró allí tras fracasar en su avance hacia Tel Aviv. A principios de la década de 1950, la ONU creó la Agencia de Obras Públicas y Socorro para los Refugiados de Palestina (UNRWA), concebida inicialmente como una organización temporal para reasentar a los desplazados. Sin embargo, las presiones de los países árabes impidieron su disolución, al darse cuenta de que mantener el estatus de refugiado y la idea del “derecho de retorno” pondría en constante duda la existencia de Israel. Hamás es, en gran medida, un producto de la UNRWA y del sistema educativo que esta estableció, el cual ha formado generaciones de niños que veneran a quienes asesinan judíos. La permanencia de la UNRWA también tuvo una consecuencia letal: al hacerse cargo del bienestar de la población de Gaza, permitió que los líderes terroristas se desligaran de esa responsabilidad y se dedicaran exclusivamente al terrorismo. Los líderes árabes en la región nunca asumieron la responsabilidad de los aspectos civiles de sus comunidades, sino que delegaron esa carga en la comunidad internacional. Israel, en un error estratégico, tampoco desmanteló la organización ni los campamentos de refugiados tras la ocupación de Gaza en 1967, cuando tuvo la oportunidad de reubicarlos en el Sinaí u otras áreas. A finales de la década de 1980,… Leer más

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