Son muchas las tropelías que cometen todos esos gerifaltes que compran clubes de fútbol para mercadear con ellos hasta arrancarles el alma. Ya sean jugueteros o hijos de pescador. Pero las de Peter Lim con el Valencia son especialmente llamativas e impactantes, corrompiendo incluso la memoria de nuestro fútbol. Que el Barça haya marcado a uno de sus más duros contrincantes 12 goles en dos semanas es impactante. De hecho, nunca había ganado el Barcelona en Mestalla por cinco tantos de diferencia. Pero que el público valencianista, harto, comenzara a largarse del estadio a la media hora de comenzar unos cuartos de final de Copa y ya con 0-4 en el marcador, escapa a toda razón.

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