El Gobierno hace tiempo que ha tomado nota de las presiones de la OTAN para subir el gasto en Defensa ante la coyuntura internacional. En los últimos meses se ha pisado el acelerador para sortear el escollo de la falta de Presupuestos, multiplicando la aprobación de partidas en diferentes reuniones del Consejo de Ministros con el objetivo de cerrar el año en la senda de gasto comprometida. Solo en el último cuatrimestre del año se destinó a gasto militar el equivalente a una décima y media del Producto Interior Bruto (PIB). En el vagón de cola de los países miembros en porcentaje de inversión según PIB, en el Gobierno defienden que debe valorarse también la contribución de España en misiones de la OTAN y, sobre todo, el gasto en números absolutos. Así computado, señalan que España es el octavo país que más contribuye de los 32 integrantes de la Alianza Atlántica.
España está todavía lejos del 2% de gasto del PIB comprometido para 2029. Lo que sí ha logrado es adecuarse a la senda anual, a pesar de estar los presupuestos prorrogados y del crecimiento del PIB. Cada décima de incremento ha pasado de suponer algo más de 1.000 millones, cuando se ratificó este compromiso en la cumbre de la OTAN en Madrid, a unos 1.500 millones. Es por ello que en el ministerio de Defensa que dirige Margarita Robles ponen más el foco en la cantidad total que en los porcentajes de PIB. Ahora, el presidente de EEUU, Donald Trump, ha reclamado redoblar los esfuerzos y aumentar el gasto militar hasta el 5% del PIB.
“Pediré a todas las naciones de la OTAN que incrementen el gasto en defensa al 5%”, avanzó durante su intervención en el foro de Davos para posteriormente quejarse de que la UE se aproveche de EEUU, tanto por el balance comercial como por las desiguales aportaciones en defensa. Un aumento del gasto que ya había puesto sobre la mesa en campaña electoral y que ha ratificado poco después de su investidura el pasado lunes. En el contexto de este debate, Pedro Sánchez se reunirá con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, el próximo lunes en Moncloa.
Desde el Ejecutivo se anticipaban a estas presiones para presentarse al nuevo mandatario estadounidense como un socio «fiable y responsable, en aras de cumplir los compromisos con la Alianza Atlántica. Un día después de la investidura de Trump, la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, remarcaba en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros que «en este momento tenemos desplegados más de 3.800 hombres y mujeres en misiones de paz«, varias de ellas al amparo de la Alianza Atlántica.
En lo que va de mes, el Consejo de Ministros ha sumado al gasto en Defensa partidas por un valor cercano a los 120 millones de euros. Entre septiembre y diciembre del pasado año se elevaron a los 2.287 millones euros. La partida de los Presupuestos de 2023, prorrogada en el presente ejercicio, se situó en 12.825 millones de euros, lo que da cuenta del esfuerzo realizado por el Ejecutivo.
“El compromiso de España con la OTAN es absolutamente claro y firme”, concluían desde Moncloa. La titular de Defensa, por su parte, remarcaba que España seguirá invirtiendo en Defensa y que asumirá sus compromisos «como aliado responsable en la OTAN». «Estamos permanentemente invirtiendo», justificaba Robles durante una entrevista en TVE.
Fricciones en la coalición
No sin oposición política, aunque la fórmula elegida para este aumento del gasto sortea el Congreso. Incluso dentro del Consejo de Ministros, Sumar se ha posicionado en contra de algunas de las partidas, como aprobada el pasado mes de abril en el marco del acuerdo de seguridad con Ucrania. El socio minoritario de la coalición apuesta por “racionalizar” el gasto en defensa, en lugar de incrementarlo.
Desde la parte socialista del Gobierno defienden que en materia de Defensa seguirán marcando sus posiciones, sin interferencias. Un territorio vetado para sus socios, como se han encargado de demostrar desde que los de Yolanda Díaz presentaron una objeción formal a la autorización de la partida de 1.129 millones de euros a la compra de armamento. Sánchez también ha reiterado la tención de sostener en el tiempo el apoyo financiero a Ucrania ante la invasión rusa.
El jefe del Ejecutivo incluso se abrió a que militares españoles participen en una posible misión de paz en Ucrania, antes de volver a reunirse con Zelenski en los márgenes del foro de Davos el pasado miércoles. La ministra de Defensa, ratificaba por su parte que «el compromiso de España es total y absoluto con la paz y con Ucrania, que requiere una paz justa y duradera».
El curso de la guerra en Ucrania y la amenaza de que Rusia expanda a otros países su ofensiva está obligando a replantear lo que se denomina “capacidad disuasoria”. Un objetivo que Pedro Sánchez viene justificando, junto con la insistencia en continuar ayudando militarme a Ucrania para hacer frente a la invasión al asumir que se trata de “una batalla por el proyecto europeo”.