«¡No más retrasos, no más promesas! ¡Demolición ya!» es el grito de guerra de los vecinos de La Calzada ante la demora en la ejecución del comprometido derribo de la abandonada nave de Flex en Cuatro Caminos. A las cinco de la tarde de mañana la asociación vecinal «Alfonso Camín» tiene convocada una protesta a la que animan a asistir a todos los vecinos de La Calzada. Aunque el problema no es nuevo –son años viendo como la nave se iba deteriorando–el vaso de la paciencia se ha desbordado al ver como el Ayuntamiento comprometía un derribo cuya fecha de ejecución no deja de retrasarse. Ahora el calendario que maneja el equipo de gobierno plantea ver allí la maquinaria trabajando en verano.
Jesús Martínez Salvador, edil de Urbanismo, asume que «nos está llevando más tiempo del que nos hubiera gustado. Hubiéramos querido que la demolición ya estuviera ejecutada pero lo estará pronto». El concejal calcula que entre esta semana y la que viene el proyecto de demolición saldrá a licitación tras haberse ejecutado unos cambios que se le pidieron desde el área de contratación.
Cartel anunciado la protesta con la nave de Flex al fondo. / A.V.A.C
Luego tocará esperar ofertas y que la mesa de contratación haga su trabajo. «Siendo una licitación de un millón de euros eso no se va a resolver en un mes», indicó el concejal para ejemplificar la complejidad del proceso. Y es que un millón de euros es el coste que ahora se estima de una operación que empezó calculándose en unos 600.000 euros que pasaron a 890.000 durante el diseño del presupuesto de 2025. Elevar el precio final es un esfuerzo para evitar que la licitación pueda quedar desierta. «Que es lo peor que nos podría pasar», concretó el edil. No hay que olvidar que el Ayuntamiento asume esta operación de manera subsidiaria ya que la propiedad del terreno y la nave es de una entidad bancaria, a la que luego se le pasará la factura del operativo. «El Ayuntamiento lideró la operación porque, en aquel momento, nos pareció la opción más rápida, pero el dinero será repercutido al propietario», indicó el responsable de Urbanismo.
También será el propietario quien decida que hacer con ese suelo, si es que se quiere hacer algo teniendo en cuenta que el Plan General de Ordenación fija allí la construcción de viviendas. En todo caso, eso sería futuro. En el presente los vecinos piden eliminar una nave que se ha convertido en foco de insalubridad e inseguridad. «Queremos hechos no palabras. ¡Es nuestro derecho vivir en un entorno seguro y saludable!», reclaman.