Una de las cosas que más me sacan de quicio es la sobreplanificación de eventos de ocio que arrasa nuestras vidas desde que sobrevivimos al coronavirus. Esta moda infernal nos obliga a comprar entradas de conciertos para próximos años, como si nos fuéramos a acordar llegado el día si no nos ponemos una alarma en el móvil. La de sillas vacías que se están acumulando en eventos. A este nuevo modus operandi se sumó el año pasado Dani Martín, que pretende explotar la nostalgia de los treintañeros y cuarentones y en el mes de marzo del año pasado presentó su gira 25 p*t*s años, con un concierto, en principio, en el WiZink Center de Madrid el 13 de diciembre… de 2025, es decir, con un año y nueve meses de antelación.

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