RT en español y en concreto su web, codirigida al menos desde 2016 por la actual colaboradora de Canal Red Inna Afinogenova, ha recurrido a métodos trucados, en concreto a ‘bots’ o cuentas automatizadas, para impulsar su presencia en las redes sociales en momentos críticos para Cataluña y España, amplificando de esta forma el impacto de sus coberturas, descritas por políticos españoles y analistas del ciberespacio como impulsoras de desestabilización. Según coinciden varios analistas, el fenómeno se hizo particularmente visible durante las tensas semanas que siguieron al referéndum no autorizado de 2017, periodo en el que el tándem formado por la cadena rusa y la agencia Spútnik, con poca presencia en España, aparecieron en los primeros lugares en la clasificación de medios más reproducidos, por encima de entidades como ‘El Mundo’ o TVE. El recurso de RT en español a los ‘bots’ también es corroborado por una fuente adicional: Max Golovánov, extrabajador, quien afirma que ya en 2010 fue encargado por la directora del canal, Victoria Vorontsova, de adquirir ‘bots’, siguiendo el ejemplo de RT en lengua inglesa.
Los expertos alertan que ello muestra lo fácil que puede resultar para ciertos medios y comunicadores distorsionar los debates políticos y adquirir un peso específico muy superior al que en realidad tienen. Al mismo tiempo, recuerdan lo sucedido recientemente en Rumanía, donde el Tribunal Supremo anuló los resultados de la primera vuelta de las presidenciales tras constatar los servicios de inteligencia que el vencedor, el ultra Calin Georgescu, favorable al Kremlin y contrario a ayudar militarmente a Ucrania, se había beneficiado de una campaña inflada e impulsada desde Rusia en TikTok para promover su candidatura.
«Pocos esperaban que RT pudiera competir en cuota de interacciones en Twitter con medios como ‘El Mundo’ o ‘El País’; entre el 1 de septiembre y el 29 de octubre, RT acumuló 1,3 millones de interacciones, lo que representó una cuota del 30,1%, superando en 700.000 a ‘El Mundo'», y siguiendo de cerca a ‘El País’, que capturó «una cuota del 46%», constata Albert Borràs, codirector de Cassini Group Spain, empresa especializada en el análisis de riegos geopolíticos e inteligencia económica, en el informe ‘Amenazas informacionales rusas en España’.
El papel de los ‘bots’ en esta sobredimensionada presencia de RT en español, en un asunto de política doméstica española con un interés relativo para Latinoamérica, donde se halla el grueso de su audiencia, es confirmado en un artículo publicado en noviembre de 2017 en ‘The Washington Post’: «Todo indica con rotundidad que el 84% de las cuentas clave que difundieron de forma sistemática y masiva (contenido de RT y Spútnik) son muy probablemente ‘bots’ digitales».
La revista cientifica estadounidense ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’ explicó, en otro artículo publicado en 2018, cómo se materializó el proceso para que estas cuentas automatizadas contribuyeran a encender los ánimos en Cataluña entre dos grupos polarizados de independentistas y constitucionalistas. «Los ‘bots’ actuaron desde áreas periféricas del sistema para dirigirse a humanos influyentes de ambos grupos, bombardeando a independentistas con contenidos violentos, aumentando su exposición a narrativas negativas e incendiarias» en las redes, valoran los académicos Massimo Stella, Manlio de Domenico y Emilio Ferrara tras analizar cuatro millones de mensajes de Twitter emitidos entonces.
Han pasado ya casi ocho años, y la mayoría de los tuits emitidos por la web de RT en español, tanto el 1 de octubre de 2017 como durante las semanas álgidas del procés, han sido borrados, constata el analista Borràs. Según su análisis, se trata de un proceso «deliberado de eliminación de mensajes» que, o bien fue originado por el propio medio de comunicación, o bien «fueron denunciados» a la red social. En cualquier caso, lo que sí se sabe es que eran mensajes destinados a «estigmatizar al Ejecutivo español» y a «incitar a un aumento de los disturbios«, como el que evocaba la existencia de «disparos» durante una carga policial en Barcelona el 1 de octubre, con más de 4.000 reproducciones, y que ha sido posible recuperar solo mediante búsqueda en Google. Además, según Borràs, se ha detectado la desaparición de 30.000 tuits que reprodujeron contenidos de RT o de Inna Afinogenova, lo que suscita sospechas adicionales de que en realidad fueron emitidos por cuentas falsas o automatizadas y borrados a instancias de la cadena rusa.
Comportamiento no humano
Un ejemplo claro de comportamiento no humano en cuentas de Twitter (actualmente X) durante las movilizaciones en Cataluña lo constituyen los usuarios Bobbit (@bobbit2266), Rick (@rickricK888) e Ivan (@Ivan226622), hoy suspendidos por la red. Son perfiles que guardan incluso paralelismos tanto en la presentación, con animales como leones o tigres en sus portadas animales, como en el temario, donde siempre promueven narrativas e intereses del Kremlin: pasan, sin apenas discontinuidad, de las críticas a Hillary Clinton, uno de los personajes más demonizados por la élite rusa, a la defensa del autoritario exlíder de Filipinas Rodrigo Duterte, capaz de asegurar públicamente que Putin es su «héroe favorito».
Durante los días previos y posteriores a la consulta, en el espacio de una decena de días, estas tres cuentas difundieron cada una un total de 139 contenidos elaborados por RT y Spútnik, que generaban polarización en la sociedad catalana. A veces eran tuits con idéntica redacción, como las reproducciones de un artículo de William Mallison, comentarista de la órbita del Kremlin, instando al bombardeo de Madrid por la OTAN. «Kosovo was more Serbian than Catalonia is Spanish, why NATO isn’t bombing Madrid?» (Kosovo era más serbio que Cataluña es española, ¿por qué la OTAN no bombardea Madrid?), se lee, palabra por palabra, en las tres publicaciones.
Un recurso ‘viejo’ en RT en español
El recurso a las cuentas automatizadas por RT en español se remonta a fecha muy anterior a las movilizaciones en Cataluña de 2017, según extrabajadores de la cadena. Max Golovánov, productor hasta 2013, en una carta enviada a EL PERIÓDICO, ha asegurado que «en 2010″ mantuvo una reunión con (Victoria) Vorontsova», la jefa del canal. «Nos dijeron que los colegas de la redacción inglesa a menudo usaban ‘bots’ para promover sus publicaciones en redes sociales», explica Golovánov.
Golovánov certifica que se hacían «pagos trimestrales», aunque recuerda que, entonces, «al igual que ahora, los ‘bots’ más caros eran los que escribían personas reales desde cuentas diferentes», un patrón que parece encajar con las mencionadas cuentas de Bobbit, Rick e Iván. «Comprábamos por ejemplo entre 30.000 y 80.000 ‘me gusta’ y entre 10.000 y 30.000 comentarios en un mes». Afinogenova, quien ha ridiculizado la acusación en vídeo de RT, «era parte de este círculo (de decisión) y participaba en la selección de noticias que debían ser promocionadas; yo mismo recibía enlaces de ella», confirma Golovánov. Puestos en contacto con la comunicadora, esta ha declinado responder a la pregunta de si mantiene, a día de hoy, su negativa de que el medio que codirigía recurría a ‘bots’ para impulsar su presencia en las redes.
Lograr este impacto sobredimensionado en el ciberespacio llegó a ser tan importante para RT en español que, según fuentes conocedoras del funcionamiento interno de la cadena, las redes sociales se convirtieron en el criterio primordial para elegir los temas y definir estrategias editoriales. Hubo un momento en que «la redacción y la escaleta (de la televisión) empezaron a confeccionarse a partir de la tuitsfera«, corroboran a EL PERIÓDICO dichas fuentes.
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