La seguridad en escalada es algo fundamental y más si hablamos de una escaladora embarazada. Porque sí, durante un embarazo se puede continuar practicando escalada, aunque para ello primero conviene contar con el visto bueno del profesional de obstetricia y que confirme un embarazo saludable, normal y sin riesgos. De hecho, hay movimientos de escalada que son buenos para tratar de evitar una diástasis amplia o movimientos destinados a entrenar el suelo pélvico y del abdomen de cara al parto. En cualquier caso, se debe empezar por una práctica con arnés de cuerpo entero para evitar la presión sobre el abdomen y si alguien decide escalar durante este periodo es que ya practicaban la escalada antes de estar embarazadas… en caso contrario, este no será el mejor momento para iniciarse.
Realizar actividad física de manera habitual implica beneficios para la salud, también durante la etapa de un embarazo. Esto, unido a una dieta equilibrada y a manejar el estrés son prácticas que pueden reducir complicaciones y favorecer un embarazo saludable. En estos puntos, la escalada tiene mucho que decir si a la futura mamá le gusta dicha práctica deportiva.
Búlder no es lo mismo que escalada con cuerda
La escalada siempre se debe realizar con las debidas precauciones y, en el caso de una embarazada, reduciendo al mínimo las posibilidades de caídas traumáticas o caídas con cuerda que tengan un cambio de velocidad brusco, además de nunca llegar a un cansancio considerable.
En este punto es clave saber diferenciar el búlder de la escalada con cuerda. Son diferentes ya que una caída en el búlder, aunque sea contra la colchoneta y a poca distancia, puede ser más peligroso para el feto que quedarse colgada de una cuerda. Está demostrado científicamente que un impacto fuerte durante las primeras 12 semanas aumenta la probabilidad de aborto, así que si se elige el búlder debe ser de un nivel muy sencillo y a poca intensidad. En caso de dudas ante una pared es mejor no arriesgar.
Bondades físicas y mentales de la escalada en una embarazada
Una vez que la seguridad es la adecuada, repasemos por qué la escalada es beneficiosa para una embarazada:
– Fortalece grupos musculares como brazos, piernas y core, mejorando fuerza y flexibilidad.
– Favorece la salud cardiovascular con una adecuada circulación sanguínea y el control de la respiración.
– Ayuda a llevar un control de peso que facilitará la recuperación postparto.
– Alivia molestias musculares al fomentar una postura adecuada.
– Mejora la coordinación entre mente y cuerpo al resolver rutas de escalada.
– Mantiene el equilibrio corporal en una etapa en la que el centro de gravedad cambia.
– Alivia el estrés, sobre todo si la práctica de la escalada se realiza en contacto con la naturaleza.
– Refuerza la confianza y la autoestima conforme se superan problemas en forma de presas y vías.
– Fomenta la atención plena y favorece la estabilidad emocional.
Escaladoras profesionales como ejemplo
Hay escaladoras profesionales que han continuado su actividad —de manera diferente— durante su embarazo. El nivel de sus retos o actividades en este tiempo no pueden servir de modelo para el resto de mujeres por su complejidad, pero sí que la escalada en periodo de embarazo se puede adaptar a cada mujer de una manera personalizada y partiendo siempre desde la base de la seguridad.
Por ejemplo, la británica Hazel Findlay practicó escalada durante las 40 semanas de su embarazo, evolucionando los ejercicios a su situación de cada momento y sabiendo que es una de las mejores escaladoras de toda la historia. De ahí que su embarazo no le impidiera ir a la roca hasta prácticamente que dio a luz.
La también británica Shauna Coxsey —dos veces campeona de la Copa del Mundo de Búlder en 2016 y 2017—, dos años después de ganar dos bronces en el Mundial de 2019 se quedó embarazada y desde el rocódromo fue mostrando en redes sociales los ejercicios que podía realizar con su estado. De la misma manera que Findlay, su relato es inspirador y motivador pero adaptando el nivel de los ejercicios.
La doble ganadora de la copa del mundo, la estadounidense Alex Puccio, también mostró en sus redes sociales a finales del año pasado cómo entrenaba de una manera controlada mientras estaba embarazada hasta con 36 semanas de gestación. Otra prueba de que, partiendo de la seguridad suficiente, la escalada puede continuar siendo una estupenda compañera de viaje.